VALLADOLID, 1 (EUROPA PRESS)
El arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, ha invitado a “cultivar la oración, el ayuno y la limosna” y “renovar el Bautismo” durante la Cuaresma para “despejar el corazón de aquello que estorba”.
Así lo ha asegurado el prelado vallisoletano en su carta pastoral que lleva por lema ‘Conviértete y cree en el Evangelio’, en la que ha señalado que el Miércoles de Ceniza “resuena con fuerza este llamamiento que la Iglesia hace cada año”.
A través de ella, ha profundizado, es el propio Señor quien “invita, de nuevo, a la conversión y a creer en la buena noticia de su victoria sobre el pecado y sobre la muerte”, una cuestión en la que se ha detenido para señalar que las personas viven esta experiencia renovada de conversión, tomando conciencia de su “fragilidad”.
“Recuerda que eres polvo, que eres barro y que si el barro pierde el agua se transforma en un polvo despreciable, ha reflexionado, al tiempo que ha asegurado que desde esta humildad comienzan “una nueva Cuaresma, queriendo renovar su Bautismo para participar plenamente de la Eucaristía”.
Precisamente, ha destacado que la Cuaresma ofrece cada año esta “estupenda oportunidad” de entrar, de nuevo, en el “agua del Bautismo, sumergirse en la muerte y resurrección de Jesucristo, para acoger, de nuevo, la gracia que él otorga con este Sacramento, la gracia que cura del pecado y da la oportunidad de vivir la vida en Cristo”.
“La Cuaresma, tiempo bautismal, nos da la oportunidad de renovar nuestra comunión y pertenencia eclesial. Por el Bautismo entramos en la Iglesia y nuestro camino de conversión tiene puntos de referencia concretos para revisar cómo vivimos la comunión en su seno”, ha profundizado.
Acaba su carta el prelado vallisoletano apuntando que la Iglesia propone, tomando el consejo del propio Jesús, que las personas “cultiven la oración, el ayuno y la limosna como medios concretos para despejar el corazón de todo aquello que estorba para recibir, de nuevo, en la noche santa de Pascua el agua que todo lo recrea”, porque el “Bautismo hace capaces a las personas de participar plenamente de la Eucaristía”.
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