MADRID, 28 (EUROPA PRESS)
El responsable del Grupo de Trabajo de Neurología de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), el doctor Alberto Freire, ha destacado la existencia de pruebas como ‘problemasmemoria.com’ o el Test Mongil de actividades avanzadas de la vida diaria (AAVD) como herramientas de “gran utilidad” para manejar las “quejas subjetivas” sobre la memoria.
“En Atención Primaria, lo que tendremos que hacer es buscar métodos que sean amables para el paciente, que no le generen estrés ni agresividad, que sean amables para los médicos a la hora de interpretarlos y que se adapten al tiempo que tenemos en la consulta. Y, por otro lado, que no dependan ni del nivel intelectual ni de las características sociodemográficas”, ha explicado el doctor Freire durante un encuentro organizado por la SEMG sobre este tipo de quejas.
En ese sentido, ha resaltado que la situación actual de la Atención Primaria les obliga a buscar opciones que se adapten a su “realidad” y su “tiempo”, por lo que ha considerado que los mencionados test sirven tanto para valorar la funcionalidad de las personas como para diagnosticar de forma precoz casos de deterioro cognitivo o demencia, en los que la diferenciación “a veces es complicada”.
Asimismo, ha resaltado que hasta un 18 por ciento de las consultas por deterioro cognitivo tienen que ver con quejas sobre fallos de la memoria, tanto propios como de un familiar o cuidador.
“Se suele decir que en las personas mayores son cosas de la edad, que los trastornos de la memoria son por culpa de la edad, pero es no es así. En el envejecimiento normal lo que ocurre es lo que llamamos una fragilidad cognitiva y es importante diferenciarlo de otros problemas”, ha agregado.
Tras ello, ha detallado que el deterioro cognitivo leve provoca pequeños fallos de memoria que no impiden seguir viviendo de forma autónoma, si bien se trata de una “zona gris” donde los pacientes no cumplen criterios de demencia, pero tampoco tienen un envejecimiento normal.
Estas personas pueden presentar una disminución cognitiva mayor de la esperada para la edad y nivel cultural del individuo, sin afectar a las actividades diarias (o lo hace mínimamente), por lo que no presentan incapacidad social o laboral; este tipo de deterioro puede mantenerse o puede evolucionar hacia una demencia.
“El cribado lo único que indica es probabilidad, que el paciente tiene mayor probabilidad de tener un deterioro cognitivo leve, pero donde lo van a confirmar va a ser en el segundo nivel asistencial mediante baterías de pruebas neuropsicológicas bastante más complejas. El mejor sitio para hacer el cribado indudablemente es Atención Primaria, porque somos accesibles, próximos, porque tenemos continuidad y porque tenemos perspectiva longitudinal”, ha añadido.
Por su parte, la especialista en Geriatría, la doctora Rosa López Mongil, ha explicado que el deterioro cognitivo y la alteración de las funciones cognitivas se valoran mediante los test cognitivos breves, pero que también hay que valorar la funcionalidad del paciente a través del examen de las actividades de su vida diaria.
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