PALMA, 27 (EUROPA PRESS)
La Guardia Civil ha certificado que las diversas cantidades de estupefacientes llegados en julio de 2021 al aeropuerto de Ibiza a bordo de un avión privado procedente de Las Vegas pertenecían al acusado.
Lo han manifestado dos de los agentes que intervinieron el día de los hechos, quienes han asegurado que el hombre –de 37 años y nacionalidad estadounidense– afirmó en diferentes ocasiones que las drogas eran de su propiedad. “Dijo que era todo suyo y que era para él”, ha declarado uno de ellos.
La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Palma ha iniciado este jueves el juicio contra el acusado, para quien la Fiscalía solicita una condena de nueve años de prisión y el pago de una multa de 53.000 euros como supuesto autor de un delito contra la salud pública.
Al inicio de la vista oral la defensa del acusado ha pedido que éste declarara en último lugar y tanto la Fiscalía como el tribunal se han mostrado conforme. De este modo, está previsto que preste testimonio en la sesión de este viernes, cuando se espera que el juicio quede visto para sentencia.
Así, el procedimiento ha arrancado con la comparecencia en calidad de testigos de varios agentes de la Guardia Civil que el día de los hechos se encontraban de turno en el aeropuerto de Ibiza.
Uno de ellos ha señalado que él fue quien se ocupó –junto a una compañera de Instituto Armado y otra de la Agencia Tributaria– de realizar los registros de los equipajes de mano.
Para ello estableció un control de acceso, en el que primero revisaba la documentación de los pasajeros –cerca de una treintena– y después pasaban, una a una, sus maletas por un escáner.
Cuando llegó el turno del acusado, ha rememorado, la compañera que estaba frente al monitor le alertó de la detección de sustancias orgánicas. Por ello procedieron a abrir y revisar el contenido de sus dos maletas, de las que fueron sacando lo que parecían ser diferentes tipos de estupefacientes.
El procesado estuvo presente en todo momento, mantuvo una actitud “muy tranquila” y, siempre según el guardia civil, confirmó que las drogas le pertenecían. “Simplemente se le preguntó si era suyo y dijo que sí. Dijo que era todo suyo y que era para él”, ha subrayado a preguntas de la fiscal.
El agente también ha descartado, como ha deslizado la defensa en diversas ocasiones, que las maletas pudieran no pertenecer al acusado. “Las únicas maletas que en ese momento estaban en el interior del escáner eran la de él”, ha sentenciado.
En la misma línea se ha expresado otro de los agentes, quien ha asegurado que, al interrogar al sospechoso, éste confirmó que tanto las maletas como las drogas le pertenecían. No así, ha puntualizado, qué pretendía hacer con las sustancias, si consumirlas o venderlas.
“Le pregunté si las pertenencias eran todas suyas y dijo que sí, y la droga también”, ha apuntado el guardia civil, quien ha añadido que este extremo también lo certificaron tres amigos del acusado.
El encargado de revisar las grabaciones de seguridad de la zona en la que está ubicada el escáner ha refrendado que el acusado estaba “continuamente pendiente” de las maletas en las que se encontraron los estupefacientes.
También ha declarado otro agente del Instituto Armado que, en su caso, se encontraba a pie de pista y se encargó de revisar el equipaje que viajaba en la bodega del avión privado.
“Me comentaron en Vigilancia Aduanera que había que revisarlo porque no estaba todo conforme, era un vuelo un poco diferente a lo normal. Era un jet privado muy grande, en el que nos dijeron que había mucha gente y que había que revisarlo”, ha recordado.
No obstante, entre esas maletas no encontraron nada sospechoso. Sí lo hicieron, ha incidido, sus compañeros que se encargaban de revisar el equipaje de mano. “Nos llamaron y nos dijeron que habían encontrado muchas sustancias que parecían que eran estupefacientes”, ha dicho.
Preguntado acerca del acusado, el agente se ha limitado a señalar que se fijó en él al percibir que era quien “organizaba todo y llevaba la voz cantante”. “Me fijé en él porque nos dijeron que era el propietario del avión, y a modo de curiosidad me llamó la atención que una persona tan joven tuviera un avión tan grande”, ha apuntado.
LOS HECHOS, SEGÚN LA FISCALÍA
Según expone el Ministerio Público en su escrito de acusación, sobre las 03.30 horas del 16 de julio 2021 el acusado aterrizó en el aeropuerto de Ibiza con un vuelo privado procedente de Las Vegas acompañado de una treintena de personas.
Al pasar su equipaje de mano por los escáneres, éstos revelaron que en su interior había gran cantidad de droga. En concreto, se hallaron 83 gramos de cocaína, 348 gramos de ketamina, 52 gramos de MDMA y 543 gramos de cannabis, todo con un valor de mercado de 26.514 euros y repartido entre decenas de bolsas individuales.
Siempre de acuerdo con la Fiscalía, todas estas sustancias estaban destinadas a su venta a terceros. Además, también se le intervinieron alrededor de 8.000 euros en metálico y dinero en otras monedas.
Tras encontrar las drogas, la Guardia Civil detuvo al hombre. Dos días después, el Juzgado de Instrucción número 1 de Ibiza dictó su ingreso en prisión provisional y no fue hasta el 10 de agosto cuando quedó en libertad a la espera de juicio.
Mientras el Ministerio Público pide para él una pena de nueve años de prisión, la defensa –conformada por tres letrados– solicita que se absuelto al considerar que las maletas en las que se encontraron las drogas no le pertenecían. También han puesto de relieve supuestos errores en la cadena de custodia de los estupefacientes.
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