Ha trasladado dos propuestas a la comunidad educativa, una con el fin de curso el 23 de junio y en otra el 25
SANTANDER, 27 (EUROPA PRESS)
La Consejería de Educación apuesta por mantener de cara al próximo curso escolar el modelo de calendario bimestral implantado hace nueve cursos, según las propuestas trasladadas a la comunidad educativa, mientras que la Federación de Asociaciones y Madres de Alumnado (FAMPA) pide su “revisión y mejora” ya que, a su juicio, “dista mucho de haber demostrado los beneficios pedagógicos con los que se justificó su implantación”.
En las dos propuestas de la Consejería, el curso escolar se iniciaría el 1 de septiembre para todas las enseñanzas y acabaría el 30 de junio. Sin embargo, el periodo lectivo en sí arrancaría el día 8 de septiembre para Infantil, Primaria, Educación Especial, Educación Secundario Obligatoria, Bachillerato y Formación Profesional.
También plantea en sus dos propuestas que la primera semana no lectiva será del 27 al 31 de octubre, a la que seguirían las vacaciones de Navidad del 22 de diciembre de 2025 al 7 de enero, y en febrero una semana no lectiva del 16 al 20 de febrero.
De cara a las vacaciones de Semana Santa, se plantean dos opciones; o bien que tras el Jueves Santo y Viernes Santo haya tres días no lectivos (hasta el miércoles 8, incluido) o cinco (hasta el 10).
Ello tendría repercusión en el día en que acabaría el periodo no lectivo en junio (en el primer caso sería el 23 y en el segundo el 25).
Además, en las dos propuestas, plantea que en mayo, al día 1, Día del Trabajo, se añada como no lectivo también el 4.
FAMPA
Respecto a estas propuestas de la Consejería, FAMPA ha señalado que en ambas se produce “una notable descompensación” en la duración de los periodos lectivos: de 34 en el primer y segundo periodo; de 27 y 28 en el tercero y cuarto, y de 52 en el último.
FAMPA ha defendido la necesidad de que los periodos lectivos tengan una “duración equilibrada entre ellos, rompiendo con los periodos marcados por las festividades religiosas”.
Más allá de esta cuestión, FAMPA ve “imprescindible” la “revisión y mejora” del calendario escolar de la comunidad y, en este sentido, ha reclamado a la Consejería de Educación que realice un estudio detallado sobre el impacto del actual calendario escolar en el alumnado, en su rendimiento académico y salud emocional, y en la conciliación familiar.
Según ha indicado, este análisis debe contemplar las “particularidades de cada etapa educativa y servir de base para realizar los ajustes necesarios”.
Ha indicado que tras casi una década de la aplicación de este calendario “no se ha realizado ninguna evaluación del mismo y de los supuestos beneficios pedagógicos” que se dijo iba a traer un modelo que “curiosamente, no ha sido implantado en ninguna otra comunidad autónoma en todo este tiempo”.
En este sentido, FAMPA ha instado a la Consejería de Educación a trabajar de manera conjunta con la comunidad educativa para implementar uno “más equitativo y funcional”
Además de la realización del estudio de impacto del actual calendario escolar de Cantabria, la Federación aboga por la eliminación de la jornada reducida en junio y septiembre tal y como –dice– se comprometió a hacer la Consejería de Educación con el cambio de modelo de calendario.
También reclama el cumplimiento del calendario escolar en Secundaria, FP y Bachillerato ya que ha denunciado que los centros donde se imparten estas enseñanzas no cumplen con los días lectivos establecidos.
“En muchos casos, el curso no se inicia en la fecha oficial o finaliza hasta 10 días antes de lo establecido, pese a la eliminación de la evaluación extraordinaria”, ha indicado FAMPA, que ha advertido que ello “supone una pérdida de tiempo lectivo que afecta directamente al aprendizaje del alumnado”.
También ha denunciado que hay “diversos” centros donde los servicios de comedor y transporte escolar “no funcionan con normalidad en los meses de junio y septiembre, a pesar de que la normativa establece su prestación sin alteraciones”, lo que, a su juicio, “perjudica a muchas familias y debe corregirse de inmediato, asegurando que el alumnado disponga de los mismos servicios que le resto del curso”.
Además, propone la eliminación de deberes en los periodos no lectivos y la apertura de los centros durante los mismos.
Por otra parte, denuncia la “falta de previsión” respecto al impacto de las festividades locales en el cumplimiento de los días lectivos y ha pedido su adaptación.
En este sentido, propone establecer un calendario de 177 días lectivos, permitiendo que los centros que no se vean afectados por festividades locales, o solo por una, finalicen el curso uno o dos días antes, comunicándose a las familias dicha cuestión en cuanto se publique oficialmente el calendario de fiestas laborales.
Además, considera “fundamental que la comunidad educativa en su conjunto tenga voz en la toma de decisiones sobre el calendario escolar” y ha reclamado una mejora en los canales de comunicación entre la Consejería de Educación y las familias, garantizando que las decisiones sobre el calendario sean “claras y accesibles” desde el inicio del curso.
También pide que se aprovechen las semanas no lectivas para formación del profesorado como se planteó hacer cuando se produjo el cambio del calendario escolar pero que, según señala, “no parece” que se esté llevando a cabo.
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