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VALÈNCIA, 24 (EUROPA PRESS)
El profesorado del Departament de Didàctica de la Llengua i la Literatura de la Facultad de Magisterio de la Universitat de València (UV) expone su “rechazo frontal” a la consulta sobre la lengua base y advierte sobre “las graves consecuencias que esta tendrá para el sistema educativo valenciano”, entre ellas que las escuelas “corran el riesgo de que la lengua acabe funcionando como un instrumento de segregación”.
Este procedimiento, derivado de la aplicación de la Ley de Libertad Educativa 1/2024, “transmite la idea de que las lenguas no son un tesoro cultural que debe ser amado y protegido, y cuyo acceso y conocimiento han de garantizarse a todo el alumnado, sino un instrumento de diferenciación, división y segregación”.
Por el contrario, que las lenguas sean cultura –al igual que lo son las artes y las ciencias que vehiculan– “implica que ningún idioma es incompatible con el proceso educativo, precisamente porque la educación tiene como misión el crecimiento individual y comunitario a través de la cultura”, argumentan estos docentes.
“Esta perspectiva, –continúan– implícita en el artículo 22 de la Declaración de los Derechos Humanos, ha sido respaldada por la investigación en adquisición y enseñanza de lenguas”.
Asimismo, subrayan que el aprendizaje de una lengua e”es siempre aprendizaje de y entre lenguas; que las lenguas conviven y dialogan en las mentes de los individuos, se enriquecen mutuamente y mejoran el dominio unas de otras, ampliando así el repertorio lingüístico”.
Hacen notar que, “desde el punto de vista científico, no hay razón alguna para diferenciar al alumnado en función de su lengua”. De hecho, apuntan, “siempre que se garantice una exposición rica y significativa a los idiomas –especialmente necesaria en el caso de lenguas que viven una situación de minorización y pérdida de usos, como el valenciano– la didáctica avanza hacia modelos de enseñanza multilingüe, no hacia la separación de los idiomas en compartimentos estancos e incomunicados”.
Más allá de esta dimensión, alertan de que “convertir la lengua base en el criterio regulador de toda la vida del centro es desaconsejable por motivos pedagógicos, organizativos y de convivencia”.
“Diferenciar y dividir al alumnado por su lengua dificulta, en primer lugar, que el profesorado pueda atenderlo de acuerdo con los conceptos y prácticas que sí han demostrado ser beneficiosos para el aprendizaje, especialmente en lo que respecta a las necesidades educativas especiales. Estas, con la Ley de Libertad Educativa, dejarán de tener un papel prioritario en los centros”, recalcan.
Y puntualizan que la posibilidad de mantener un maestro o maestra de referencia, realizar desdobles, reagrupamientos y cambios de grupo según criterios pedagógicos, o incluso la oferta de ciertas asignaturas optativas en los institutos de educación secundaria “quedará relegada a un segundo plano”.
En la misma línea, considera que la división del profesorado en ciclos (y no en lenguas) o la viabilidad de los bancos de libros, que se verá seriamente comprometida, son otras de las consecuencias previsibles que afectarán negativamente a la organización de los centros, hasta volverlos irreconocibles.
“Y es que una de nuestras principales preocupaciones respecto a la nueva Ley de Libertad Educativa es que, a través de esta consulta, no se reforma el sistema educativo, sino que se desmantela de manera irresponsable un modelo que hasta ahora garantizaba una relativa autonomía de los centros”, lamentan.
A la “incertidumbre” sobre el sistema que emergerá de la consulta sobre la lengua base –pues “existen dudas razonables sobre si la ley podrá cumplir sus objetivos y si la libertad que promete a las familias será realmente efectiva”–, se suma la certeza de que, en todo caso, su aplicación “romperá la coherencia de miles de trayectorias educativas iniciadas bajo el modelo actual”.
“DIVIDIR LO QUE ESTABA UNIDO”
“Pero la consulta sobre la lengua base no solo diferencia, sino que utiliza la lengua para dividir lo que estaba unido: separa a los niños y niñas de sus maestros y maestras, de sus amigos y amigas. Incluso cabe la posibilidad de que acabe separando al alumnado de sus centros en caso de que no se pueda garantizar la educación en la lengua escogida”, censuran.
Para estos profesionales, “al priorizar el criterio lingüístico por encima de todo y delegar su elección en cada familia, la ley vacía de agencia y autonomía a los centros, que ya no podrán tomar en cuenta las características del entorno familiar y comunitario para diseñar un plan lingüístico integral que, sin duda, sigue siendo la mejor garantía de que todo el alumnado, independientemente de su diversidad lingüística y cultural, acceda al patrimonio lingüístico y cultural de nuestra comunidad”.
Por el contrario, apostillan, “al segregar a los niños y niñas en función de su lengua, la Ley de Libertad Educativa generará grupos mucho menos representativos de la diversidad cultural, identitaria y de aprendizajes que caracteriza a los centros educativos y a la sociedad en su conjunto”. Con ello, las escuelas “corren el riesgo de que la lengua acabe funcionando como un instrumento de segregación –como ha sucedido en la Comunidad de Madrid con el inglés– y de que reproduzcan en su seno las peores jerarquías de nuestra sociedad”. “Cuando las lenguas se utilizan para diferenciar, dividir y segregar, es imposible que sean amadas, valoradas y cuidadas”, insisten.
Además, enfatizan que, pese a la situación de minorización que vive el valenciano, la consulta derivada de la Ley de Libertad Educativa 1/2024 “no asume la responsabilidad de protegerlo, preservarlo y fomentarlo, ni tampoco la cultura pasada, presente y futura a la que esta lengua abre las puertas”.
“No solo la expone a ser instrumentalizada como herramienta de diferenciación, división y segregación escolar, sino que la ley no garantiza una exposición rica y significativa al valenciano para todo el alumnado, sin la cual resulta imposible su uso y disfrute como vehículo de cultura”, reprochan.
Por todo ello, el profesorado del Departament de Didàctica de la Llengua i la Literatura de la Universitat de València expresa su rechazo absoluto a la Consulta sobre la Lengua Base incluida en la Ley de Libertad Educativa 1/2024 y exige su “paralización y retirada definitiva”.
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