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Labrador, golden retriever y pastor alemán, las razas más utilizadas como perros guía por sus condiciones físicas y temperamento
MADRID, 23 (EUROPA PRESS)
Las distintas etapas por las que atraviesa un perro guía hasta convertirse en los ojos de una persona ciega son la crianza, socialización, adiestramiento y vida diaria.
En las instalaciones de Fundación ONCE del Perro Guía (FOPG) en Boadilla del Monte (Madrid) trabajan con estos animales para que, garantizando en todo momento su bienestar, aporten seguridad y autonomía a las personas ciegas de España.
Los instructores de movilidad del centro adiestran a los perros para que sean capaces de salvar obstáculos, subir y bajar escaleras, buscar una puerta o un cruce de peatones, una tarea que ya realiza a la perfección ‘Osiris’, un labrador negro que está finalizando su etapa de instrucción.
La escuela, que cuenta con un laboratorio, clínica veterinaria con quirófano, zona de entrenamientos o bloque de partos, se encuentra en un periodo de ampliación con el objetivo de llegar a entregar 200 perros cada año.
En la actualidad cerca de 1.000 perros guía de la ONCE caminan junto a la sociedad por las ciudades y pueblos de toda España para mejorar su autonomía, desplazamientos y seguridad, convirtiendo a estos animales en un vecino más al lado de los ciudadanos españoles.
En sus cerca de 35 años de historia, la Fundación ONCE del Perro Guía ha entregado más de 3.000 perros guía a unos 1.900 usuarios distintos.
Más del 35% de ellos han renovado su perro guía a través de la fundación tras la jubilación o fallecimiento de su anterior auxiliar de movilidad. Las razas más utilizadas son el labrador retriever, golden retriever y pastor alemán por sus condiciones físicas y temperamento.
“Aquí se forman los mejores perros para incrementar la calidad de vida de las personas ciegas, porque estos perros les cambian la vida”, explica la vicepresidenta de Grupo Social ONCE, Imelda Fernández.
La vicepresidenta de la organización asegura que “desde su nacimiento y durante toda la vida del animal” procuran su bienestar: “Guían y lo hacen de forma feliz”.
Por su parte, la directora gerente de la Fundación ONCE del Perro Guía, María Jesús Varela, destaca que el objetivo del centro es “tratar de dar independencia a personas ciegas”. “Y también velar por que ese perro, que va a hacer esa magnífica labor, la haga recibiendo todos los cuidados que necesita, toda la atención que necesita, pero también que lo haga siendo una actividad satisfactoria para él”, añade.
“Como sabe toda la gente que le gustan los animales, un perro lo que más quiere es estar haciendo algo que le guste a su dueño. En este caso, estos perros ya están seleccionados desde el principio, preseleccionados, incluso antes de nacer, para ser perros a los que les guste estar con las personas, sean sociables y además les enseñamos cómo tienen que comportarse desde el principio y hasta el final”, subraya.
Los perros guía, según apunta Varela, empiezan en este centro su vida y muchos también la acaban en él, ya que, aunque cuando se retiran de la actividad como perros guía la inmensa mayoría de las personas ciegas se los quedan porque “es imposible separarse de ellos”, cuando no se los pueden quedar la fundación los recoge otra vez.
EL TRABAJO SE INICIA INCLUSO ANTES DE LA CONCEPCIÓN
En el centro se preocupan del cuidado de los perros desde su nacimiento, incluso antes cuando están todavía sus mamás gestantes, hasta que los entregan y los emparejan con una persona ciega.
La fundación trabaja antes de la concepción del animal con una exigente selección de sus progenitores, para obtener cachorros inteligentes, sanos y con un carácter sociable y equilibrado. Los reproductores viven fuera del centro, acogidos por familias cuidadoras.
Una vez nacidos, los cachorros crecen en la escuela junto a sus madres, atendidos por sus cuidadores y controlados por el veterinario.
Al cumplir dos meses, los cachorros son acogidos por familias educadoras seleccionadas por la fundación, que les proporciona el apoyo técnico necesario y corre con todos los gastos del acogimiento.
Estas familias educadoras que los adoptan durante este periodo desempeñan un papel esencial, el de la socialización. Además de desarrollarse, jugar y recibir mucho cariño, el perro aprende a convivir con personas próximas y extrañas y a acostumbrarse a situaciones, objetos y sonidos como el transporte público, tiendas o bullicio. Se trata de una etapa ideal para adquirir un nivel de obediencia básica.
Con catorce meses, el perro regresa a la escuela y comienza su adiestramiento. Cuando concluye su instrucción, el perro es capaz de tomar decisiones en situaciones complejas: avisar de cruces y escalones o buscar pasos de peatones.
Una vez preparado para guiar, llega el momento de asignar el perro a la persona ciega o con deficiencia visual a la que guiará. El instructor la selecciona teniendo en cuenta sus necesidades, sus habilidades y su entorno, así como las características del perro.
En un curso impartido por el instructor, el perro y su futuro usuario aprenden a trabajar juntos y adquieren confianza mutua. A partir de este momento, los desplazamientos del usuario serán más autónomos y seguros.
NUEVO REAL DECRETO PARA REGULAR LA ACTIVIDAD DE LOS PERROS GUÍA
El Gobierno aprobará previsiblemente este año un real decreto para regular la actividad y el bienestar de los perros que sirven de asistencia a las personas con discapacidad y que permitirá que puedan acceder con estos animales a espacios de uso público en todo el territorio nacional.
Este nuevo Real Decreto complementará la legislación que dispone cada comunidad autónoma en torno a este tipo de animales y, a nivel estatal, sustituirá la normativa que hay ahora mismo en vigor y que se remite a otro Real Decreto de 1983.
La Ley de Bienestar Animal ya incluía que las mascotas pudieran entrar a los espacios de uso público, pero fija la posibilidad de que el establecimiento prohíba su entrada de forma expresa. Con el nuevo real decreto los perros guías de las personas con discapacidad podrán acompañar a sus dueños aunque haya una prohibición expresa de entrada de animales.
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