VALLADOLID, 19 (EUROPA PRESS)
El Juzgado de Primera Instancia número 12 de Valladolid ha condenado a un cirujano vallisoletano a indemnizar con 93.358 euro a un paciente, también médico de profesión, por los graves daños sufridos a consecuencia de una actuación médica “negligente”, tras una intervención quirúrgica “innecesaria y ejecutada sin el debido consentimiento informado”.
Según ha informado este miércoles la asociación ‘Defensor del Paciente, la sentencia recoge que el doctor “realizó una cirugía desproporcionada y evitable, ocasionando graves secuelas físicas y psíquicas al paciente”.
La defensa del caso ha sido ejercida por el abogado Santiago Díez, quien ha representado al paciente, que en el momento de los hechos tenía 71 años y que tras ser tratado en la consulta privada en Valladolid del cirujano condenado, se sometió a una intervención quirúrgica laparoscópica “para la extirpación de un pólipo benigno en colon ascendente, previamente diagnosticado mediante colonoscopia”.
Sin embargo, la operación derivó en “complicaciones graves” debido a un error en el diagnóstico endoscópico previo y a una actuación de cirugía abierta “desproporcionada”, según ha informado ‘Defensor del Paciente’.
La sentencia establece que la cirugía no era necesaria, ya que el pólipo, de pequeño tamaño (0.9 cm) y benigno podía haberse tratado con resección endoscópica o seguimiento colonoscópico.
Además, el cirujano amplió y cambió la intervención, pasando de laparoscópica a cirugía abierta “sin justificación”, al no encontrar el pólipo, “resecando dos tercios del intestino grueso, sin contar con pruebas suficientes ni recabar el consentimiento del paciente o de sus familiares”.
Lo más grave es que, al no encontrar el pólipo en la ubicación inicialmente señalada, en lugar de detenerse y realizar nuevas pruebas diagnósticas, “optó por una cirugía abierta excesiva e injustificada, que resultó en una extirpación mayor del intestino y graves secuelas irreversibles”.
“De manera totalmente injustificada” resecó colon ascendente y transverso, “sin pruebas que lo justificaran”, lo que aumentó el riesgo quirúrgico y generó “secuelas graves e irreversibles para el paciente”.
“La decisión de seguir cortando sin sentido el intestino del paciente anestesiado, sin una nueva verificación médica, resultó en un daño irreparable para el paciente”, ha explicado desde ‘Defensor del Paciente’.
Entre las consecuencias de esta actuación, el paciente sufrió la amputación de colon ascendente y transverso, con trastorno funcional, dos hernias periumbilicales, un trastorno de estrés postraumático, cicatrices abdominales innecesarias y alteraciones intestinales persistentes. Además, permaneció de baja durante más de 14 meses debido a las complicaciones derivadas de la cirugía.
El magistrado concluyó que la actuación del cirujano no se ajustó a la Lex Artis médica y que la falta de consentimiento informado constituye un grave incumplimiento de los derechos del paciente. La sentencia desestima la responsabilidad del endoscopista, aunque reconoce que su diagnóstico previo fue erróneo en la localización y tamaño del pólipo, lo que influyó en la decisión quirúrgica posterior.
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