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MADRID, 10 (EUROPA PRESS)
Las autoridades de China han presentado sendas protestas ante los gobiernos de Estados Unidos y Japón por “atacar” y “difamar” a Pekín, al que acusan de perpetrar acciones “provocativas” en aguas en disputa del mar de China Meridional.
El portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Guo Jiakun, ha indicado en un comunicado que esto “interfiere de forma flagrante en los asuntos internos de China, supone un ataque y aumenta la tensión en la región”, donde el Gobierno chino reclama su soberanía sobre gran parte de los islotes situados en el mar de China Meridional a pesar de la negativa de Filipinas, Vietnam, Brunéi y Malasia.
“Si Estados Unidos y Japón verdaderamente están preocupados por la paz y la estabilidad, deben oponerse claramente a la independencia de Taiwán”, ha señalado poco después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, se haya reunido en la Casa Blanca con el primer ministro nipón, Shigeru Ishiba, para abordar lo que consideran “demandas marítimas ilegales” por parte de China.
Asimismo, han acordado una cooperación “estrecha” en cuestiones de seguridad, defensa y economía para “mantener la paz y la seguridad (…) a través de la fuerza y en todo el Indopacífico”, tal y como expresó Trump después del encuentro.
En lo que sus relaciones económicas respecta, Ishiba puso de relieve que “Japón ha sido el mayor inversor de Estados Unidos en los últimos cinco años consecutivos” y ha garantizado que el país está dispuesto “a aumentar aún más estas inversiones”.
Desde que el presidente filipino, Ferdinand Marcos Jr. llegó al poder en 2022, Manila ha mostrado una postura más firme frente a Pekín y ha recurrido a la confrontación para hacer frente a la disputa en el mar de China Meridional. Las creciente tensiones han hecho aumentar el temor a una posible intervención por parte de Estados Unidos, uno de los principales aliados de Filipinas.
La Corte Permanente de Arbitraje en La Haya dictaminó en 2016 que el Gobierno chino carece de fundamentos para demandar territorios en la zona y afirmó que las zonas disputadas no conforman una zona económica exclusiva, si bien dicha sentencia ha sido duramente rechazada por Pekín, que no reconoce la jurisdicción de la corte.
Sin embargo, el gigante asiático sigue alegando derechos históricos para reclamar el 90 por ciento de las aguas de la zona, así como los islotes, arrecifes y rocas que se extienden a una distancia de hasta 2.000 kilómetros de sus costas. Esta delimitación es conocida en China como la ‘línea de nueve puntos’, si bien Estados Unidos asegura que el objetivo de estas reclamaciones es fundamentalmente militar.
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