La magistrada cuestiona la fiabilidad de la prueba fotográfica en la que se basó la Policía Nacional para detener a los procesados
PALMA, 10 (EUROPA PRESS)
Dos jóvenes acusados de patronear una patera desde Argelia hasta Formentera el pasado julio han reconocido haberse puesto a los mandos de la embarcación, pero han asegurado que en esta tarea se turnaron con varios migrantes más.
La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Palma ha celebrado este lunes el juicio contra estos dos hombres, para quienes la Fiscalía pide una pena de siete años de prisión como supuestos autores de sendos delitos contra los derechos de los ciudadanos extranjeros.
La defensa de los acusados, por su parte, defiende que el hecho de que se pusieran a los mandos de la embarcación no significa que fueran los patrones de la misma y que, por lo tanto, deben ser absueltos. De forma subsidiaria, si la sentencia fuera condenatoria, interesa que se les imponga una pena de uno o dos años de prisión.
En su declaración, los dos jóvenes, de nacionalidad argelina, han admitido que en un momento dado de la travesía –que les llevó desde Tipaza hasta es Caló– se pusieron a los mandos de la embarcación, de igual forma que lo hicieron otras personas en otros momentos.
Uno subsahariano, han explicado, fue el que arrancó y realizó las primeras horas del viaje, que se prolongó durante cerca de 20 horas. Después, según su testimonio, se pusieron a los mandos de la patera otro subsahariano y un argelino más.
“Condujeron casi todos”, ha dicho el otro acusado, asistido por una traductora. Asimismo, ha admitido que cuando quedaban cerca de 20 kilómetros para llegar a Formentera él y su compañero tomaron el timón y asumieron las tareas de orientación a través de una aplicación de su teléfono móvil.
Ambos han negado que tuvieran experiencia o conocimientos previos de cómo conducir la patera y que otros pasajeros les enseñaron cómo hacerlo en ese mismo momento. También han dicho que ellos, como el resto de migrantes, pagaron cerca de 2.000 euros a una organización criminal para poder embarcarse y que no recibieron ninguna contraprestación económica.
En la patera, han coincidido, había espacio suficiente, chalecos salvavidas, comida y agua para todos los pasajeros, y que aunque durante los kilómetros finales el mar estuvo movido, desconocían los riegos que implicaba el viaje.
Por último, los dos acusados han manifestado que su intención era llegar a Baleares para después poner rumbo a Francia, donde residen familiares y vecinos suyos.
UN TESTIGO PROTEGIDO CORROBORA QUE HABÍA MÁS PATRONES
En el juicio se ha reproducido, como prueba preconstituida, la declaración que un testigo protegido, que viajaba en la patera y que señaló a los dos acusados como los patrones de la misma, realizó en la fase de instrucción judicial.
A éstos les sacó varias fotografías y vídeos que fueron aportados durante la investigación, en las que efectivamente se les observa a manejando el timón. No así a un hombre de origen subsahariano al que, en uno de los momentos que estuvo despierto durante el periplo migratorio, también dijo que observó cómo se ponía a los mandos de la patera.
Este testimonio, sumado al de otro testigo protegido y los documentos fotográficos, fueron las pruebas en las que se basaron los investigadores de la Policía Nacional de Ibiza para detener y poner a disposición judicial a los dos jóvenes acusados.
El instructor del atestado ha ratificado este lunes el contenido de las pesquisas y ha asegurado que la vida de los ocupantes de la patera, debido a las condiciones del viaje y el estado del mar, estuvo en “riesgo extremo”.
La magistrada ha preguntado al agente acerca de las declaraciones del testigo protegido y de los acusados en las que se implicaba, al menos, a una persona más en las tareas de conducción de la embarcación. Éste, no obstante, ha asegurado que durante la investigación policial no surgió esa información.
La presidenta del tribunal también ha cuestionado la fiabilidad de las fotografías y vídeos que constan en la causa como prueba para detener y procesar a los dos acusados, al considerar “un poco extraño” que, si realmente fueran miembros de una organización criminal, permitieran que el resto de migrantes les tomaran fotografías que podían incriminarles.
Más aún cuando ha habido casos, ha recordado, en los que las mafias requisan los teléfonos móviles u obligan a los pasajeros a tenerlo apagado.
“Pero también pasa lo contrario, que dejan que graben todos para que todos aparezcan”, ha replicado el agente. Ha sido entonces cuando la magistrada le ha planteado la posibilidad de que los acusados aparecieran en las imágenes porque justamente estaban al timón cuando divisaron tierra.
“Hay declaraciones en su contra y el caso es que iban conduciendo, y cuando lo hacen están favoreciendo la inmigración ilegal, aunque sean cinco minutos. Que hubiera más o menos patrones… pero esto está claro”, ha zanjado el policía nacional.
¿13 O 17 MIGRANTES?
Tanto las partes en sus escritos de conclusiones provisionales como los acusados y el testigo protegido cuyo testimonio se ha podido escuchar en sala han asegurado que en la patera viajaban un total de 13 migrantes, pero el atestado policial habla de 17 integrantes, dos de ellos menores de edad.
El instructor y el secretario de la investigación han declarado que esto se debe a que, cuando tocaron tierra, los migrantes se disgregaron y llegaron a dependencias policiales –tras ser interceptados por la Guardia Civil– en diferentes momentos.
No obstante, la letrada de la defensa ha alegado que ese día llegaron a Formentera dos embarcaciones con migrantes y que los investigadores mezclaron a sus integrantes en el atestado. En éste, ha añadido, también constan fotografías que no corresponden a la patera en la que viajaban sus defendidos.
Los dos jóvenes han rechazado a hacer uso de su turno de última palabra, tras lo que el juicio ha quedado visto para sentencia.
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