MADRID, 07 (SERVIMEDIA)
Un equipo del Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Sevilla (Irnas) y la Estación Biológica de Doñana (EBD), centros de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), han liderado una simulación del escenario climático de la segunda mitad de siglo para evaluar los efectos de la sequía y los patógenos exóticos en los bosques mediterráneos.
Los resultados, que publicados en la revista ‘Journal of Ecology’, demuestran una reducción en la producción de hojas y frutos, lo que se traduce en un descenso en la regeneración de estos bosques.
La región mediterránea se está calentando un 20% más rápido que el promedio global, lo que ejerce una presión adicional sobre los ecosistemas ya estresados debido a la escasez de agua.
Asimismo, el número de especies invasoras en ese territorio ha aumentado exponencialmente en las últimas décadas por un alto comercio internacional, la homogeneidad ambiental y la alta densidad de huéspedes potenciales.
En este contexto nació el estudio, cuyo objetivo era evaluar los efectos negativos de la sequía y los patógenos exóticos en los bosques mediterráneos.
LLUVIA
Para ello, se desarrolló un experimento de campo para el cual se construyeron infraestructuras de exclusión de lluvia en bosques invadidos por una de las especies invasoras más devastadoras del planeta: ‘Phytophthora cinnamomi’.
Gracias a estas infraestructuras se consiguió simular el escenario predicho por los modelos del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), que proyectan que en la región mediterránea lloverá un 30% menos durante la segunda mitad de siglo.
El trabajo destaca cómo la existencia de sequía y patógenos hace que los árboles inviertan sus recursos en su supervivencia, manteniendo su crecimiento y sus niveles de defensas y reservas químicas por encima de la producción de hoja y fruto.
Un descenso en esta producción reduce la capacidad de los árboles para realizar la fotosíntesis. Cuando la hoja cae del árbol también se reduce el aporte de materia orgánica a los suelos, lo que produce su empobrecimiento.
En su conjunto, estas alteraciones producen un descenso de la regeneración de los bosques. “Es, además, destacable el caso del alcornoque, particularmente sensible a la sequía y al patógeno ‘P. cinnamomi’, siendo, por tanto, los efectos negativos de los agentes del cambio global mayores en esta especie”, apunta Álvaro Gaytán, del Irnas-CSIC.
Gaytán añade: Nuestros resultados parecen indicar que los bosques mediterráneos sufrirán un proceso de transformación, donde las especies más tolerantes a la sequía y a los patógenos serán quienes dominen el ecosistema”.
- Te recomendamos -