MADRID, 4 (EUROPA PRESS)
Una víctima de violencia machista ha relatado en el juicio cómo su expareja y en aquel momento amante casi la asfixió en enero de 2024 después de agredirla sexualmente mientras la gritaba “si no eres mi pareja no eres de nadie, hoy vamos a morir los dos”, irrumpiendo su compañero de piso en la habitación y evitando que el procesado consumara un homicidio.
El fiscal solicita al procesado una pena de catorce años de cárcel por un delito de agresión sexual y un intento de homicidio. El acusado niega los hechos que se le imputan y sostiene que a ella le gustaba el sexo más intenso.
La víctima ha narrado que ese día había quedado con su expareja y que éste llegó muy bebido. Pese a ello, aceptó mantener relaciones sexuales al ser en esa época amantes pero en un momento determinado el hombre comenzó a estrangularla, lo que provocó que ella se desmayara.
“Fue como una película. La recuerdo por partes. No podía quitármelo de encima. Me apretaba con las dos manos y pedí auxilio a mis compañeros de piso”, ha indicado a preguntas de la fiscal.
En su declaración, el procesado ha negado que agrediera sexualmente a su expareja y ha mantenido que las relaciones fueron consentidas, estando él bebido. “No tenía ningún motivo de matarla. Yo me veía con otras chicas”, ha dicho.
Una amiga del acusado ha señalado que éste la comentó que había intentado matar a la víctima y que se sentía arrepentido. “Estaba muy alterado”, ha dicho.
INTENTO DE HOMICIDIO
El procesado, sobre las 23 horas del día 16 de enero de 2024, acudió al domicilio de su ex pareja, accediendo a su interior con las llaves voluntariamente entregadas por la perjudicada.
Una vez en el interior, el acusado la intentó besar introduciendo su lengua en su boca. Igualmente, bajó sus manos hacia su vagina, no consiguiendo introducirle el dedo habida cuenta de la resistencia ofrecida por la perjudicada. Toda vez que la perjudicada reiteraba su negativa, el procesado la agarró fuertemente del cuello, consiguiendo zafarse de esta primera agresión.
Posteriormente, F. D. M. H., le manifestó su deseo de no retomar la relación, momento en el cual el acusado la rodeó con su brazo por el cuello, manteniéndose detrás de ella, haciendo fuerza hacia su propio cuerpo para asfixiarla.
Ello provocó que la perjudicada perdiera el conocimiento, a la vez que le profería expresiones de tipo “si no eres mi pareja no eres de nadie, hoy vamos a morir los dos” no consiguiendo su propósito al haber sido interrumpido por el compañero de piso de doña F. D. M. H. quien accedió a la habitación advertido por los gritos de la víctima.
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