MADRID, 04 (SERVIMEDIA)
El Consejo de Ministros aprobó este martes el anteproyecto de ley de reducción de la jornada laboral de 40 a 37,5 horas que beneficiará, en mayor o menor medida, a unos 12 millones de trabajadores en España, una medida que celebró la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, porque “el trabajo no es una mercancía” y porque “no vivimos para trabajar sino que trabajamos para vivir”.
Así se expresó Díaz en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, donde afirmó que hoy es un día de los que merece la pena” formar parte del Gobierno de España, ya que la rebaja del tiempo de trabajo, como otras reformas legales sobre el mercado de trabajo que se han impulsado, contribuye a “mejorar la vida de la gente”.
Contrapuso su gestión con los años del Gobierno del PP, con una perspectiva “neoliberal”, y elogió los frutos de la reforma laboral, las subidas del salario mínimo interprofesional (SMI) y los ERTE aprobados durante la pandemia.
Asimismo, argumentó que reducir la jornada contribuirá a mejorar la productividad porque “no se trata de que echemos horas en el trabajo”, pues llega un momento en el que el rendimiento no crece, sino que decrece. Igualmente, sostuvo que rebajar la jornada “reduce el absentismo”.
El texto se aprobó en los términos pactados entre el Ministerio de Trabajo y los sindicatos CCOO y UGT, aunque le aguarda ahora una complejísima negociación parlamentaria, ya que a día de hoy no cuenta con apoyos suficientes para ser aprobado en el Congreso.
El acuerdo entre PSOE y Sumar, a propuesta de este segundo partido, incorporó una rebaja del tiempo de trabajo de 40 a 38,5 horas semanales en 2024 y a 37,5 en 2025. La primera pantalla la sacrificó la vicepresidenta segunda en aras de ampliar la negociación con los agentes sociales, aunque finalmente el acuerdo con la CEOE y Cepyme dentro no fue posible tras 11 meses de conversaciones y reuniones.
La patronal consideró en todo momento que la jornada se seguiría reduciendo vía negociación colectiva y atendiendo a las circunstancias de cada sector y cada territorio, por lo que rechazó la medida del modo en que la planteó Díaz por no ser “buena para el país”.
Pero las discrepancias no solo se dieron en el seno del diálogo social, sino del propio Gobierno de coalición. Así, el Ministerio de Economía no rechazó la rebaja de la jornada pero sí apelaba a poner el foco en las pymes y en no perjudicar el tejido productivo. Díaz, en cambio, exigió que se tenían que cumplir los tiempos incluidos en el pacto de coalición y pidió que se aprobara por la vía de urgencia y en los términos suscritos con los sindicatos, aunque luego se tengan que realizar cambios en las negociaciones con otras fuerzas políticas.
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