Tendrá capacidad para acoger a 800 internos en régimen de semilibertad
BARCELONA, 3 (EUROPA PRESS)
El conseller de Justicia y Calidad Democrática, Ramon Espadaler, ha visitado este lunes por la mañana las obras del futuro centro penitenciario de régimen abierto de la Zona Franca de Barcelona, que tendrá una capacidad de 800 plazas y que entrará en funcionamiento en el primer semestre de 2026, según ha informado el departamento en un comunicado.
Espadaler ha expresado que las obras avanzan a buen ritmo, según el calendario establecido, y ha subrayado que “se trata de un equipamiento moderno, sostenible y ecológico, que facilitará la transición” de los internos hacia la reinserción y que mejorará la cohesión social y la seguridad.
Ha afirmado que la nueva instalación es una “apuesta clara por el medio abierto como la mejor vía de reinserción social para las personas privadas de libertad” pues, según el último informe del Centre d’Estudis Jurídics i Formació Especialitzada, la tasa de reincidencia de los internos que pasan por este régimen es de un 10,1% frente al 21,1% de la media global.
Las nuevas instalaciones se ubican en un solar de 6.500 metros cuadrados con una superficie útil de 13.000 metros cuadrados y acogerán a internos en régimen de semilibertad, es decir, aquellos que sólo duermen en prisión entre semana y salen de día para formarse y trabajar.
EL CIERRE DE LA TRINITAT VELLA
Este centro, que cuenta con una inversión de 35,6 millones de euros, acogerá a los hombres que cumplen régimen de tercer grado en Trinitat Vella y en Wad-Ras, que suman 600 plazas entre las dos, por lo que se dispondrá de 200 camas más para internos en semilibertad, que quedarán centralizados en un único espacio.
Con la apertura de este centro, que supondrá el cierre definitivo de la prisión de Trinitat Vella, habrá dos módulos independientes entre ellos con capacidad para 400 internos cada uno que se distribuirán en cuatro plantas.
Cada uno contará con un espacio central –un patio– en torno al cual los internos desarrollarán su vida cotidiana: en la planta baja se situarán las zonas comunitarias –el comedor, la sala de lectura y las aulas de formación–, un área de atención individualizada con despachos para entrevistas y, en el subterráneo, se ubicarán los aparcamientos y el archivo.
Este espacio carecerá de los elementos de seguridad de un centro de régimen cerrado, como son muros, rejas y concertinas, y será sostenible, por lo que dispondrá de energía renovable procedente de geotermia y placas solares.
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