La formación de Guitarte reclama más seguridad ante el aumento de hurtos y robos en Valdejalón, Campo de Borja o Bajo Aragón-Caspe
ZARAGOZA, 2 (EUROPA PRESS)
Aragón Existe demanda al Ministerio de Interior más agentes de Guardia Civil en la Provincia de Zaragoza para atajar la epidemia de robos, hurtos e inseguridad que se están produciendo en diferentes localidades de las comarcas de la Provincia de Zaragoza durante los últimos tres meses.
La formación liderada por Tomás Guitarte cita como ejemplo el robo de dos coches en la comarca de Borja, que fueron usados para estamparlos contra un supermercado, el robo de 400 metros de cobre en la Almunia de Doña Godina (Valdejalón) o los asaltos de casas en Calatarao y Épila.
En el caso de Caspe, recuerdan desde Aragón Existe, “hay que sumarle el déficit de policías locales, que es una situación crónica a pesar de que en los últimos meses se hayan registrado hasta 12 robos a diferentes comercios de la capital comarcal y también a granjas de su término municipal, todos por la noche”.
Una situación que califican de “desesperada” y que ha llevado a que los comerciantes de Caspe realicen un cierre de sus establecimientos durante una hora a modo de protesta.
“Los ladrones saben perfectamente cuándo hay vigilancia y cuándo pueden actuar impunemente por la falta de personal de la Policía Local y de Guardia Civil, que también atiende a localidades de la comarca”, recalcan desde la formación.
Esta situación de inseguridad en Valdejalón ha llevado a ayuntamientos que no tienen la obligación por su censo a crear policía local por la falta de Guardia Civil.
“Los ayuntamientos no deben asumir la dejadez del Ministerio de Interior, Marlaska debe facilitar que haya guardias civiles en el medio rural”, señalan desde Aragón Existe.
A pesar de estas medidas, persisten los robos y ello ha ocasionado que los agricultores contraten seguridad privada para sus explotaciones ante el robo de maquinaria, fruta y animales, hartos de la situación los vecinos convocaron una concentración en la puerta de la sede comarcal.
“Se está trasladando una sensación de que el Aragón rural es el Far West, donde los ladrones y bandidos pueden campar a sus anchas. Los vecinos de los pueblos aragoneses no son ciudadanos de segunda respecto las grandes cuidades y deben sentirse seguros”, inciden desde la formación.
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