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Cómo el intestino puede impactar en enfermedades inflamatorias o cardiovasculares

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MADRID, 22 (EUROPA PRESS)

Una investigación liderada por David Sancho, del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) describe cómo el aumento de la permeabilidad intestinal permite a las bacterias de la microbiota atravesar la barrera intestinal y llegar a la médula ósea, donde inducen cambios en las células madre que generan las células inmunitarias, que puede contribuir al desarrollo de enfermedades inflamatorias como problemas cardiovasculares o neurodegenerativos.

Según señalan los investigadores las bacterias provocan cambios epigenéticos en las células inmunitarias, que son modificaciones que controlan la actividad de los genes sin alterar su secuencia de ADN. Estos cambios epigenéticos generan células inmunitarias “entrenadas”, capaces de responder con mayor eficacia frente a infecciones futuras.

La investigación publicada en la revista ‘Immunity’ destaca el papel clave de una proteína llamada Mincle y expresada por las células de la inmunidad innata en este proceso. Y el estudio se ha realizado en colaboración con los equipos de investigación de José Luis Subiza, de Inmunotek en Alcalá de Henares; Carlos del Fresno del IdiPaz en Madrid; Salvador Iborra de la Universidad Complutense de Madrid y Juan Duarte de la Universidad de Granada.

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El líder del Laboratorio de Inmunobiología del CNIC, David Sancho, recuerda que hasta hace muy pocos años se creía que la inmunidad específica (adaptativa) era la única que poseía memoria (capacidad de ‘recordar’ patógenos previos -virus, bacterias, entre otros- y desencadenar la respuesta para defender el organismo), mientras que la inmunidad innata (no específica para un patógeno concreto) no la tenía. “Hoy se sabe que se puede ‘entrenar’ la inmunidad innata para conseguir una mejor respuesta frente a infecciones posteriores no relacionadas”, explica.

“La principal bacteria que encontramos que alcanza la médula ósea es ‘Enterococcus faecalis’. Esta bacteria interactúa con el receptor Mincle en los precursores hematopoyéticos, lo que produce cambios epigenéticos y genera células inmunitarias más inflamatorias”, afirma Iñaki Robles, primer autor del estudio. ‘Enterococcus faecalis es una bacteria Gram-positiva que habita el tracto gastrointestinal de humanos y otros mamíferos y puede causar infecciones comprometidas en humanos, especialmente en ambiente de hospital’.

Aunque la inmunidad entrenada puede ser beneficiosa para combatir infecciones, también podría contribuir al desarrollo de enfermedades inflamatorias. Los investigadores destacan que algunas enfermedades cardiovasculares, como la aterosclerosis, o trastornos neurodegenerativos están relacionadas con la inmunidad entrenada, de modo que podrían empeorar cuando la mayor permeabilidad intestinal intensifica esta respuesta.

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En modelos animales, el aumento de permeabilidad intestinal provocó inflamación del colon (colitis). Esta inflamación se evita en ratones sin el receptor Mincle, sugiriendo que la detección de bacterias diseminadas por Mincle desempeña un papel clave en la inflamación inducida por la inmunidad entrenada.

Según informan, estrategias dirigidas a bloquear Mincle podrían ser así protectoras en el contexto de estas enfermedades inflamatorias sistémicas. Se sabe que una dieta inadecuada, consumo excesivo de alcohol, alimentos procesados, estrés crónico o el uso de ciertos medicamentos pueden debilitar la barrera intestinal y favorecer la diseminación bacteriana.

Mantener una alimentación equilibrada, rica en frutas y verduras, ayuda a preservar un intestino sano, reducir la inflamación sistémica y prevenir enfermedades crónicas. Asimismo, consideran que este hallazgo abre nuevas vías para comprender la relación entre la salud intestinal y las enfermedades sistémicas, subrayando la importancia de una alimentación saludable y el equilibrio de la microbiota como herramientas clave para la prevención.


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