Policía relata la comunicación del hallazgo de los cadáveres: “Los cuerpos todavía están calientes”
PALMA, 22 (EUROPA PRESS)
El asesino confeso de su mujer y su hijo en Sa Pobla en mayo de 2021 manifestó espontáneamente los hechos a los policías nacionales que lo detuvieron y explicó “consciente y frío” que después de cometer el crimen acudió a Son Banya y contrató los servicios de una prostituta.
Así lo han explicado varios agentes de la Policía Nacional que en mayo de 2021 participaron en la detención del procesado que, han recordado, se mostró colaborativo en todo momento.
El hombre, han añadido varios de los agentes, manifestó de manera espontánea que había matado a su mujer y a su hijo, aunque después en sede policial y en presencia de abogado se acogió a su derecho a no declarar, pero sin oponer resistencia a que se le practicaran pruebas de ADN.
En relación a la sucesión de hechos, la inspectora de la Policía Nacional que recibió el aviso por parte de la Guardia Civil de la comisión del un doble homicidio en Sa Pobla la tarde del 16 de mayo ha recordado que el compañero de la Benemérita le dijo que “los cuerpos todavía están calientes”.
Fue en aquel momento cuando se puso en marcha el dispositivo para dar con el procesado. Según ha explicado, la agente llamó al teléfono que la Guardia Civil le había proporcionado y logró enseguida contactar con el autor confeso, que le dijo que estaba en un torrente en Palma.
“Sabemos lo que has hecho, ya no hay vuelta atrás, pero te ayudaremos sí te entregar”, ha recordado la agente que le dijo al acusado, que le dio la ubicación exacta. Estaba en el torrente del Portixol, en las inmediaciones de la calle México, en Palma, hacia donde se dirigieron las patrullas de la Policía Nacional que estaban más cerca.
Sobre este punto, los agentes que participaron en la localización del hombre han explicado que al llegar al lugar y observarle a unos 100 metros que estaba hablando por teléfono –con la Policía Nacional en la sala del 091– le pidieron que se echara al suelo para poder inmovilizarlo. Él así lo hizo mientras, ha recordado uno de los policías, el hombre repetía “qué he hecho, qué he hecho, he matado a mi mujer”.
El varón, siempre colaborativo, explicó a los agentes que tras cometer el doble crimen, aunque sin aportar detalles, se había ido a Son Banya y después contrató los servicios de una prostituta. El hoy procesado, sin embargo, no mostraba síntomas de estar bajo los efectos de las sustancias estupefacientes.
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