MÁLAGA, 21 (EUROPA PRESS)
Una treintena de jóvenes malagueños han participado en 2024 en el programa CEO-Y: Creating Employment Opportunities for Youth de la Asociación Arrabal-AID para identificar su objetivo profesional, ofrecer nuevas experiencias y reforzar sus competencias mediante prácticas laborales en Europa. El total de participantes ha realizado tras volver a Málaga acciones relacionadas con empleo, formación o prácticas.
Se trata, han explicado desde Arrabal en un comunicado, de una propuesta cofinanciada por la Unión Europea y la European Social Fund Agency, a través de la convocatoria ALMA, dirigida a jóvenes entre 18 y 29 años en situación de desempleo que no cursan ninguna enseñanza reglada.
El reto de favorecer la integración social del grupo, especialmente de quienes atraviesan situaciones de exclusión social, facilitando el acceso a empleo o formación, “puede decirse que se ha cumplido”, han asegurado.
Así, según lo expuesto por la organización en el evento ‘Análisis de Resultados’, el total de participantes ha realizado a su regreso a Málaga más de una acción relacionada con empleo, formación o prácticas.
Italia, Alemania y Lituania han sido los países de acogida de estos jóvenes en los que divididos en grupos de diez han disfrutado de una experiencia de inmersión en un entorno real de trabajo, seguido de una fase de acompañamiento a su regreso para favorecer su inclusión social y laboral.
Una metodología que buscaba fortalecer competencias profesionales y habilidades personales tanto para el crecimiento y desarrollo de cada joven para incorporarse con éxito al mercado de trabajo. En total, 18 meses de intervención social desde la Asociación Arrabal-AID con la cofinanciación de la Unión Europea y la European Social Fund Agency en el marco de la Convocatoria ALMA, donde cada participante tenía cubierto todos los gastos de viaje y estancia en el país de destino.
Entre los datos expuestos en el balance de resultados destaca como casi un centenar de jóvenes mostraron su interés por participar en esta propuesta innovadora, en la que sólo 30 fueron elegidos. De ellos, el 43% tenía entre 18 y 20 años; seguido del grupo de 21 a 25, con un 37%; y el tramo de edad entre 26 y 29 con un 20%.
En cuanto al nivel de estudios, el 33% cursó Formación Profesional; el 27% contaba con Bachillerato, el 23% había completado la ESO y el 17% restante tenían estudios universitarios.
En el acto de cierre, celebrado entre cuatro y cinco meses después de su estancia en Europa, se puso de manifiesto cómo el 53% de los jóvenes participantes disfruta de un empleo tras su regreso a Málaga mientras que un 36% ha optado por continuar sus estudios con mayor seguridad en cuanto a su objetivo profesional o tras detectar la necesidad de una mayor especialización.
El 11% restante sigue su proceso de búsqueda activa de empleo contando con el apoyo y recursos de empleabilidad que le brinda la Asociación Arrabal-AID en colaboración con distintos organismos.
La consejera de Empleo, Empresa y Trabajo Autónomo, Rocío Blanco participó en un encuentro donde algunos de los jóvenes participantes tomaron la palabra para relatar su experiencia. Así, Paula Serrano (19 años) calificó como fantásticos e inolvidables sus 70 días de prácticas en el Center for Physical Science and Technology (FTMC), participando en proyectos de síntesis y análisis de partículas.
Según explicó, la estancia le ha servido para descubrir su “verdadera vocación”, por lo que actualmente cursa el Grado en Bioquímica en la Universidad de Málaga. Junto a ella, Daniel González de 22 años recordó con “ilusión” su paso por el Thuringia International School de Alemania, formación que completa actualmente con otras prácticas en empresas locales.
Paula Benítez, de 24 años, asistió en Italia a personas con problemas de salud mental. Con formación universitaria, no había tenido aún la oportunidad de acceder a recursos de aprendizaje o puesta en valor de sus conocimientos y su paso por el programa le ha permitido acceder a prácticas de acompañamiento Psicológico en Fundación Heroes.
Por último, Abrahán David (27 años) relataba su experiencia en el área logístico de una empresa de Lituania, una situación que le ha valido para encontrar empleo en Málaga realizando labores de almacén.
Para el referente del área Internacional de Arrabal-AID, Juan de Lucas, “el secreto del éxito de este proyecto comienza con la preparación previa con cada grupo antes del viaje”, incidiendo en cuestiones culturales, aprendizaje de idiomas y autonomía personal, que incluye clases de cocina y economía doméstica.
A eso se suma el seguimiento técnico que desde Arrabal-AID y la entidad de acogida se realiza a cada joven durante su estancia en el extranjero, para resolver cualquier incidencia y favorecer su integración en el país; y el acompañamiento integral que se ofrece a su regreso para el máximo aprovechamiento de la experiencia.
“Un equipo de orientadores establece un plan de trabajo para alcanzar las metas marcadas por cada uno, prestando apoyo para encontrar los estudios adecuados y la búsqueda de empleo”, ha manifestado.
Por su parte, la consejera de Empleo, Empresa y Trabajo Autónomo, Rocío Blanco, destacó la labor que desempeña la Asociación Arrabal-AID con iniciativas como esta, “enfocada a dar nuevas oportunidades a jóvenes con dificultades especiales, brindándoles formación, recursos y apoyo, y que así puedan acceder a empleos dignos y, por tanto, mejorar su calidad de vida”, según el comunicado de Arrabal.
Tras reseñar la “fructífera” relación que mantiene la consejería con Arrabal-AID, Blanco ha hecho hincapié en la “valentía” de los jóvenes que han dado un paso adelante al participar en la iniciativa CEO-Y: Creating Employment Opportunities for Youth, “tomando las riendas de su propio futuro”.
Además, ha explicado que, próximamente, la Consejería de Empleo convocará el programa Alma Jóvenes, que tiene la misma naturaleza que el impulsado por Arrabal-AID. Dentro del Plan de Empleo Juvenil, Alma Jóvenes beneficiará a unos 150 jóvenes andaluces en situación de desventaja social, para los que se trazará un itinerario personalizado que incluye prácticas profesionales no remuneradas en un estado miembro de la UE.
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