VALLADOLID, 21 (EUROPA PRESS)
El arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, ha firmado el Decreto que pone fin al proceso extrajudicial ordenado por el Dicasterio para la Doctrina de la Fe contra el sacerdote Oliver F.L, condenado en 2021 a tres años de prisión por ciberacoso y abuso sexual sobre una menor de 13 años, al que se levanta la suspensión del ejercicio del ministerio sacerdotal si bien “no podrá tratar con menores de diez años”.
Según han recordado fuentes de la Archidiócesis de Valladolid, en un comunicado recogido por Europa Press, el párroco se encontraba suspendido para el sacerdocio desde que se conoció el caso en enero de 2020.
El sacerdote fue juzgado en 2021 por un delito de corrupción de menores con concurso con otro de abusos sexuales sobre una menor de 13 años, que acostumbraba a pedir limosna a las puertas del templo, a la que envió varios vídeos muy subidos de tono, uno de ellos masturbándose.
Finalmente resultó condenado por la Audiencia Provincial a un año de prisión por el delito de ciberacoso y a dos por abuso sexual a una niña menor de 16 años –Fiscalía pedía cuatro por abuso y corrupción de menores–, junto con su inhabilitación especial para cualquier profesión u oficio, sea o no retribuido, que conlleve contacto regular con menores, por tiempo de trece años de cumplimiento simultáneo.
Tras presentar recurso, la sentencia fue confirmada posteriormente por el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León.
El religioso ingresó en prisión y obtuvo la libertad condicional el pasado año tras cumplir tres cuartas partes de la pena de privación de libertad, la cual como ha recordado el Arzobispado en el comunicado ya ha cumplido.
Ahora, la Archidiócesis apunta que “era necesario2 terminar el proceso canónico que fue instruido por el Tribunal de la Rota de la Nunciatura en España a petición del, entonces, Arzobispo de Valladolid, el cardenal Ricardo Blázquez.
El proceso canónico estuvo interrumpido hasta conocer la sentencia del Tribunal.
Concluido dicho proceso, a Óliver F.L. se le levanta la suspensión para el ejercicio del ministerio sacerdotal decretada el 12 de enero de 2020, aunque se encontrará limitado, por lo que en su actividad pastoral “no podrá tratar con menores de edad durante un plazo de 10 años”. Además, deberá seguir un acompañamiento psico afectivo y espiritual durante los próximos dos años.
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