Tan solo cuatro han rechazado el acuerdo y el juicio sigue contra ellos en la Audiencia de Valladolid
VALLADOLID, 20 (EUROPA PRESS)
La Audiencia de Valladolid ha celebrado este lunes una vista de conformidad en la que un total de veinticinco encausados en la ‘Operación Santo’ contra el narcotráfico, parte de ellos integrantes de los clanes de los ‘Monchines’ y ‘Mena’, han aceptado un conjunto de penas que suman más de 80 años de cárcel y multas por importe global de 809.000 euros, pacto del que se han desmarcado cuatro de los acusados, con lo que el juicio se ha iniciado ya tan solo contra ellos.
La jornada, antes de que la Sección Segunda de lo Penal iniciara el juicio propiamente dicho contra los no conformes, Manuel M.C, Kevin R.I, Antonio Miguel C.L. y Alexis M.N, quienes se exponen por el mismo orden a siete años de cárcel, siete años y once meses, cuatro años y medio y dos años y medio de privación de libertad, junto con multas, respectivamente, por importe de 6.000, 45.000, 12.000 y 10.000 euros, ha comenzado con el ‘desfile’ por la sala de los que sí han llegado a un acuerdo con la fiscal del caso para asumir condenas de entre un año, la más benigna, y los cinco años y ocho meses aceptada por el histórico ‘Monchín’ José Enrique R.L. (‘Chirras’).
Las conformidades, recogidas por Europa Press, suponen el reconocimiento de delitos de tráfico de drogas, de las que causan grave daño a la salud y las que no, junto con pertenencia a grupo criminal y, en algunos casos, tenencia ilícita de armas, delitos en los que a un número importante de los acusados se aplica la atenuante de drogadicción. Además de las penas privativas de libertad, las penas incluyen multas que oscilan entre los 1.000 y los 210.000 euros.
La detención de todos ellos se produjo, en colaboración con el Servicio de Vigilancia Aduanera (AEAT), en dos fases desarrolladas los pasados días 30 de mayo y 6 de junio de 2003, fruto de una investigación que se inició a comienzos del año 2022 en Valladolid sobre un importante clan familiar, el de los ‘Menas’, asentado en el Barrio España de esta capital, y vinculado supuestamente con el tráfico de drogas y el crimen organizado.
UN VERTEDERO PRÓXIMO AL CEMENTERIO
Al inicio de la investigación se detectaron en un vertedero próximo al cementerio del Carmen de Valladolid una gran cantidad de sacos y bolsones con restos de plantaciones de marihuana. Junto a alguno de estos sacos se encontraron evidencias de la relación del grupo señalado con los efectos hallados y por lo tanto, con el tráfico de drogas.
La especialidad de este clan era el cultivo “indoor” de marihuana, es decir, plantaciones que se realizaban en el interior de casas o almacenes de su propiedad que luego “cosechaban” e introducían en el mercado. En la misma calle, el clan poseía siete viviendas, pudiendo de esta manera ejercer un permanente control sobre las mismas, según la información facilitada en su día por la Policía Nacional.
TÚNEL DE CINCO METROS BAJO TIERRA
Una de las casas en las que se ubicaba unas de las plantaciones contaba con un auténtico túnel bajo tierra que discurría unos cinco metros, hasta una farola de alumbrado público, donde se habían “enganchado”.
En el avance de las investigaciones se detectó la estrecha conexión de este grupo familiar con otro poderoso clan, histórico de la ciudad de Valladolid, en referencia al de los Monchines, asentado en el barrio de Pajarillos, y que estaba también siendo investigado en una línea distinta por la Policía Nacional. Este último estaría vinculado principalmente a la venta de cocaína y heroína. En ese momento, se ampliaron las líneas de trabajo uniéndose las dos investigaciones en la denominada ‘Operación Santo’.
Las pesquisas fueron muy complejas debido a la forma de actuar de los clanes investigados, así como por su peligrosidad –se intervinieron diferentes armas en sus domicilios–, integrados en su mayoría por los propios miembros de sus familias, con un importante arraigo durante años en los barrios en los que residen y un permanente control de los mismos. Uno de los principales investigados en Pajarillos era el propietario de cinco de las seis viviendas que hay en el inmueble en que reside, como clara medida de seguridad.
Se efectuaron 16 registros domiciliarios, siete de ellos en el barrio España, más otros registros en Cabezón de Pisuerga, Cubillas de Santa Marta, Aldeamayor de San Martín, Cigales, Villabáñez, y otro más en Frómista (Palencia). Se intervinieron más de 3.500 plantas de cannabis con un peso total de 270 kilogramos, 140 gramos de cocaína, sustancias de ‘corte’, 4,6 kilogramos de hachís, cinco turismos, numerosos teléfonos móviles, diferentes armas y munición, y 290.000 euros en metálico, procedentes del tráfico de drogas.
En la madrugada del día 6 de junio se desarrollaba un dispositivo policial contra el resto del entramado implicado en la venta y distribución de sustancias estupefacientes, cocaína, heroína y hachís. Se efectuó una operación conjunta en Valladolid capital, Cigales, Traspinedo, Villamuriel de Cerrato, Palencia capital, Madrid ciudad, en la pedanía Segoviana de Perogordo y Bilbao, donde se han realizó un total de 23 registros domiciliarios.
Se intervinieron en esa segunda fase 23,4 kilogramos de hachís, cinco kilos de marihuana, 640 gramos de cocaína, 130 gramos de heroína, cinco armas largas, cinco armas cortas, tres armas simuladas, gran cantidad de diferente munición, diversas armas blancas, básculas de precisión, un dron, uniformidad de un cuerpo policial, chalecos antibalas, cinco vehículos, teléfonos móviles y 45.240 euros.
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