SORIA, 19 (EUROPA PRESS)
Las Jornadas de la Matanza del Virrey Palafox comenzaron el sábado protagonizadas por la misma familia que las hicieron posibles hace ya medio siglo, concretamente en 1973, la familia Martínez-Soto.
Tirando de lo emocional, del recuerdo de este medio siglo, e inculcando la cultura del cerdo en un ambiente festivo a miles de comensales y con la representación de las tres generaciones, se dio inicio a tres fines de semana que ponen a el pueblo de El Burgo de Osma y a la provincia de Soria como referentes gastronómicos, culturales y sociales.
Las Jornadas se han convertido en un referente nacional, no solo por su enfoque culinario, sino por mantener viva una tradición que une a generaciones y refuerza el valor de la identidad local. De ahí el eslogan elegido para celebrar esta edición: 50 años de orgullo matancero.
En concreto, las jornadas reúnen a más de 10.000 personas durante los treces fines de semana mencionados en El Burgo de Osma, donde se emplea a más de 100 personas, con un impacto aproximado en esta comarca soriana se acerque a los 2.000.000 de euros.
Se desta así un gran ambiente, como el vivido este sábado, donde hasta un grupo de Canarias cogió un avión a las 3.00 horas de la mañana para asistir a esta fiesta del cerdo y un día en el que, tras el pregón, se disfrutó de los tradicionales 22 platos al son de las dulzainas, los bailes y la fiesta.
Tras la comida se realizó el blusón a los matanceros de honor, el responsable de Food Manager, Paco Cruz; la Asociación Viñas Viejas de Soria, la burgense y la delegada territorial de la Junta en Soria, Yolanda de Gregorio.
Como matanceros sorpresa, este año se ha nombrado al periodista Juan Carlos Hervás y a la trabajadora del Virrey Ana Romero.
TRES GENERACIONES
Gil Martínez Soto recordó que “otro año, como es de ley, hace matanza el Virrey” y echó una mirada al pasado, a lo sembrado a todos los “comensales, pregoneros o matanceros que han ensalzado al cerdo como algo más que un animal de consumo”.
Así, apuntó a cómo han cambiado los tiempos, ahora con el tocino “como lo más elogiado, además de caro, que la parte más noble que es el jamón”.
Angelines hizo referencia a unas jornadas “que son mucho más que una fiesta”, un recordatorio de que “con esfuerzo se consiguen cosas maravillosas” de una generación que renunció a muchas cosas hasta ver un “gran proyecto crecer y ver a los clientes disfrutar” y recordó a todos los que han formado fiesta de este ritual durante estos 50 años al lado de la familia.
También manifestó su orgullo por la continuación de la fiesta en una segunda y tercera generación. La tercera generación la representaron Gadea y Candela.
Gadea, “la nieta de Gil, la del Virrey”, mostró el orgullo de representar a su familia que, “con esfuerzo logró conseguir todo lo que hay alrededor”.
La más pequeña, Candela, con sus once años, rememoró cómo ha visto trabajar durante toda su vida a sus padres y abuelos y aseguró que quiere “seguir trabajando juntos para que siga siendo algo especial”.
Por otro lado, la actual consejera delegada del Virrey Palafox y representante de la segunda generación, Beatriz Martínez, cerró el pregón con un mensaje de gratitud donde destacó el esfuerzo de muchas personas en este medio siglo de vida, un evento que pone a El Burgo de Osma en el mapa y marca “la vida de nuestros inviernos”.
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