MADRID, 16 (SERVIMEDIA)
Un total de 4.416 procedimientos se incoaron a menores de edad por violencia contra sus padres en 2023, un 1,94% más que un año antes, según consta en el estudio ‘Violencia filio-parental en España’, elaborado por Fundación Amigó, cuyas conclusiones se publicaron este jueves.
Este trabajo, realizado a partir de una muestra de más de 3.800 personas, pone de manifiesto el “grave problema social al que nos enfrentamos”, ya que sólo se denuncian entre un 10% y un 15% de las agresiones de este tipo que se producen, por lo que se trata de “un problema que en la mayoría de las ocasiones es oculto” y al que “es necesario dar visibilidad y concienciar a la población”.
Con datos extraídos de las memorias regionales de las Fiscalías de Menores de cada comunidad autónoma, Andalucía es el territorio donde se abre un mayor número de expedientes por este tipo de delito: 1.012; seguida de la Comunidad de Madrid (764) y la Comunidad Valenciana (680).
A su vez, el estudio expone que la media de edad de los hijos agresores es de 15 años y medio, siendo la de los progenitores de 43 años. En el 56% de los casos la violencia la ejerció un hijo y en el 44% una hija, destacando que en el 30% se trataba de hijos únicos.
El trabajo también indica que en el 54% de los casos los hijos han disminuido su rendimiento escolar, en el 23% los chavales han sufrido acoso escolar, en el 49% presentan algún tipo de adicción y en el 32% han sido testigos de algún tipo de violencia.
En el 51% de los casos las personas involucradas en este tipo de violencia forman parte de familias nucleares y en un 23% son familias monoparentales maternas.
Ante esta situación, Cristina Vaquero, psicóloga en el Proyecto Conviviendo de la Fundación Amigó, apuntó que “la violencia filioparental sigue siendo una de las más desconocidas”, a pesar de que “en los últimos años se ha observado una tendencia al alza en cuanto al interés generado por esta problemática”.
Comentó que los más de 4.000 procedimientos abiertos suponen “sólo la punta del iceberg”, puesto que “sólo una mínima parte de los casos se denuncia judicialmente”. Por ello, consideró “fundamental seguir visibilizando esta realidad hasta hace poco invisibilizada, y continuar potenciando recursos especializados para su abordaje que trabajen de forma integral y multidisciplinar, para poder ofrecer herramientas a todos los miembros de la familia”.
En ese sentido, apuntó que es necesario “buscar la implicación y participación de todos los miembros de la unidad familiar como constructores de las soluciones ante el conflicto familiar” y dejó caer que “la implicación de todos los miembros de la familia y agentes socioeducativos es el camino en el que hay que trabajar para abordar esta problemática social”.
El Proyecto Conviviendo de la Fundación Amigó se desarrolla en Madrid, La Coruña, Vigo, Lugo, Bilbao, Torrelavega, Valencia, Castellón y Alicante con el objetivo de ayudar a las familias que viven esta realidad “en la adquisición de las estrategias, herramientas y habilidades necesarias para afrontar la situación desde una perspectiva diferente”.
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