MADRID, 16 (EUROPA PRESS)
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha enviado unas 40 toneladas de ayuda humanitaria a los 10.000 menores de siete años y sus familiares que se han visto gravemente afectados por el terremoto de magnitud 6,8 en la escala Richter que tuvo lugar el 7 de enero y que dejó 126 muertos en la región autónoma de Tíbet, en el suroeste de China.
La agencia de la ONU ha indicado que la asistencia responde a las peticiones de los gobiernos de los condados de Dingri y Sajia, que se han visto fuertemente golpeados por el seísmo, que se ha saldado además con casi 200 heridos y 30.000 desplazados. “Los afectados se encuentran en una región montañosa donde las temperaturas nocturnas pueden descender hasta los 17ºC, lo que dificulta que los niños vulnerables se mantengan calientes en refugios temporales, como tiendas de campaña”, ha aseverado.
“Cuando se produce un terremoto, los niños y las mujeres embarazadas suelen estar entre los más vulnerables y tienen necesidades específicas”, ha explicado en un comunicado Amakobe Sande, representante de UNICEF en China.
“UNICEF está respondiendo rápidamente para entregar los suministros necesarios para cubrir las necesidades de los niños y las familias, que se enfrentan a duras condiciones, y apoyar el esfuerzo de respuesta del gobierno. También apoyaremos la recuperación a largo plazo de los niños, garantizando que reciban el apoyo psicosocial que necesitan para recuperarse”, recoge el texto.
Además de proporcionar ayuda de emergencia, UNICEF trabajará con aliados locales para proporcionar apoyo psicosocial a largo plazo a los niños y niñas afectados. Así, ha indicado que junto con la Academia de Trabajo Social de China y bajo la coordinación del Departamento Central de Trabajo Social, UNICEF prestará servicios de salud mental y apoyo psicológico a los niños y familias afectados por el terremoto en Tíbet.
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