MADRID, 15 (SERVIMEDIA)
La Sala de Apelación de la Audiencia Nacional (AN) ha confirmado la condena de tres años de cárcel impuesta al que fuera comisario jefe del aeropuerto de Madrid-Barajas Carlos Salamanca por haber recibido dádivas de dos empresarios entre 2010 y 2015, en especie y en metálico, a cambio de dispensar un trato preferente a sus clientes y familiares cuando llegaran al aeródromo.
En su sentencia, la Sala de Apelación ha estimado parcialmente el recurso de Salamanca contra el fallo de la Sección Cuarta del pasado mes de septiembre al apreciar la atenuante simple de dilaciones indebidas por la duración del procedimiento, si bien no modifica la pena de tres años de cárcel que se le impuso por delito continuado de cohecho pasivo propio ni la de tres meses de multa por cohecho pasivo impropio.
La resolución acuerda el decomiso a Salamanca de las dádivas recibidas, por valor de 273.915 euros, que consistieron en un Porsche Cayenne, el uso de un Porsche Panamera durante un año, dos relojes de lujo, un viaje a Londres, el pago a un tercero de los gastos de la grabación de un disco, así como cinco entregas de dinero en efectivo por una cantidad total de 135.000 euros.
El Tribunal confirma igualmente la condena a tres meses de prisión para el empresario Francisco Menéndez Rubio, el otro acusado en este procedimiento, que se ha tramitado como la pieza separada 1 del ‘caso Tándem’, por delito de cohecho activo cometido por particular. Le mantiene la atenuante analógica de colaboración como muy cualificada por haber denunciado los hechos ante la Fiscalía Anticorrupción.
La Sala de Apelación mantiene la absolución de ambos acusados de los delitos continuados contra los derechos de los ciudadanos extranjeros, en su modalidad de inmigración ilegal, y de prevaricación administrativa de la que estaban acusados, en el caso de Salamanca como autor material y, en el de Menéndez, como cómplice.
Los magistrados aceptan los hechos probados de la sentencia de instancia, según la cual el comisario de Barajas Carlos Salamanca, entre el 20 de junio de 2016 y el 3 de noviembre de 2017, aceptó regalos de carácter suntuario, en unos casos, como el del empresario ya fallecido Fernando Luengo como mera atención y en consideración a su cargo, y en otros casos, como el de Francisco Menéndez Rubio, con el objetivo de que dispensara un trato preferente de favor al oferente, a sus clientes ecuatoguineanos y a los familiares de aquél cuando llegaran al aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, donde el funcionario policial ejercía sus servicios, “sin que conste que ese mejor trato se materializara en algún acto concreto de que fueran beneficiarios dichos pasajeros que venían a Madrid”.
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