MADRID, 14 (EUROPA PRESS)
Un grupo de investigadores de Rutgers Health (Estados Unidos) ha logrado diseñar, mediante bioingeniería, un nuevo tipo de vaso sanguíneo para tratar lesiones vasculares graves y ofreciendo mejores resultados que otras opciones, lo que podría permitir a los cirujanos una mejor alternativa a los injertos sintéticos cuando las venas del propio paciente no sean adecuadas para su uso en reparaciones.
“Este es el primer vaso sanguíneo diseñado mediante bioingeniería o cultivado que se prueba en la reconstrucción arterial humana de vasos con lesiones traumáticas. Agrega una nueva opción para reparar los daños y ayudará a un subconjunto de pacientes que carecen de buenas opciones estándar. La participación en estos ensayos nos ha permitido ofrecer esta atención a los pacientes de Newark y seremos de los primeros en utilizarla en la atención clínica estándar ahora que la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos) la ha aprobado”, ha destacado Michael Curi, jefe de cirugía vascular de la Facultad de Medicina de Rutgers de Nueva Jersey y coautor del estudio.
Los resultados del ensayo, que se encuentra en fase II, ha sido publicado en ‘JAMA Surgery’ y ha demostrado que estos vasos tienen una resistencia superior a las infecciones y una mejor conservación de las extremidades que los injertos sintéticos convencionales, todo ello en dos grupos de pacientes: uno con 51 civiles de Estados Unidos e Israel, y otro de 16 militares ucranianos.
Estos vasos se cultivan en un laboratorio a partir de células humanas cultivadas, tras lo que se someten a un tratamiento para prevenir el rechazo inmunológico; una vez implantadas, son las propias células del paciente las que pueblan gradualmente el vaso, lo que lo hace más resistente que otras opciones.
“La capacidad del vaso sanguíneo para integrarse en el tejido del paciente parece clave para su éxito. Cuando se examinan después de la implantación, los injertos muestran evidencia de estar poblados por células del paciente, creando un vaso sanguíneo vivo. Esta característica ayuda a explicar su resistencia a la infección en comparación con los materiales sintéticos”, ha recalcado Curi.
A los 30 días después de su implantación, en torno el 91,5 por ciento de los vasos permanecían abiertos y funcionando, en comparación con el 78,9 por ciento de los injertos sintéticos probados en estudios anteriores; el 4,5 por ciento de los pacientes requirieron amputación, una cifra muy inferior al 24,3 por ciento en las pruebas de injertos sintéticos.
Además, también han demostrado ser resistentes a la infección, y es que menos del 1 por ciento se acabó infectando, en comparación con el 8,4 por ciento de las opciones sintéticas. Cabe destacar que los cirujanos prefieren usar las propias venas del paciente para la reparación vascular, generalmente tomándolas de las piernas. Sin embargo, las cirugías anteriores, la mala calidad de las venas y otros factores a menudo hacen que esto sea imposible, y su extracción requiere un “tiempo precioso” en casos de traumatismos en los que es fundamental restablecer rápidamente el flujo sanguíneo.
“Cuanto más tiempo permanezcan sin flujo sanguíneo, mayor será el riesgo de disfunción o pérdida de extremidades. Si tuviéramos dos reemplazos de arteria que funcionaran igual de bien, uno que se pudiera usar directamente de una caja y otro que se pudiera extraer de la pierna de alguien en 30 minutos, obviamente preferiríamos usar el que estuviera disponible de inmediato”, ha afirmado Curi.
En Estados Unidos, en torno a 185.000 personas se someten a una amputación anualmente, de los que un 45 por ciento han tenido una lesión vascular, por lo que la disponibilidad de vasos de fácil acceso y resistentes a las infecciones podrían reducir “significativamente” estas cifras.
“Estas células musculares lisas se establecieron en cultivo para continuar viviendo y generar nuevas células musculares lisas. Al cultivar estas células en un medio particular, donde hay un fluido pulsátil que corre a través del andamio, las células crecen y se establecen como un vaso sanguíneo”, ha explicado Curi.
VENTAJAS EN HERIDAS DE COMBATE
Las características de estos vasos han tenido ventajas “particularmente evidentes” en las “difíciles condiciones de las heridas de combate” en Ucrania, pues ninguno de los pacientes militares necesitó una amputación “a pesar de la naturaleza” de estas heridas y las difíciles condiciones de tratamiento.
Si bien los resultados de la investigación son “prometedores”, los científicos han señalado que los estudios han sido ensayos de un solo brazo (todos recibieron el tejido bioingeniería) en lugar de comparaciones aleatorias de tejido bioingeniería y material sintético.
Además, las implicaciones de estos vasos podrían extenderse más allá de los casos de trauma, y ya se está estudiando los casos de pacientes de diálisis y otras formas de reconstrucción arterial.
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