MADRID, 13 (EUROPA PRESS)
Un estudio de la Facultad de Farmacia de la Universidad Hebrea de Jerusalén ha descubierto una conexión entre el virus del herpes simple tipo 1 (HSV-1) y la enfermedad de Alzheimer que podría ayudar a desarrollar nuevos tratamientos dirigidos a la actividad viral y la respuesta inmunitaria del cerebro, con el objetivo de ralentizar o incluso detener la progresión de la demencia.
Durante la investigación, los científicos identificaron 19 proteínas relacionadas con HSV-1 en los cerebros de personas con Alzheimer, en todas las etapas de la enfermedad. Según observaron, una de estas proteínas, la ICP27, que se hace más prominente con el desarrollo de la enfermedad, ocupa el mismo espacio que la tau, una proteína cerebral que presenta alteraciones en el Alzheimer, pero no apareció cerca de las placas amiloides, otra característica distintiva de la enfermedad.
Este hallazgo sugiere que el virus HSV-1 podría afectar directamente a la proteína tau y, de esta forma, estar implicada en la enfermedad de Alzheimer. A este respecto, a través del análisis con organoides cerebrales humanos derivados de células madre, observaron que el HSV-1 puede aumentar las alteraciones de la tau.
Estas modificaciones parecen ayudar a proteger las células cerebrales en una etapa temprana, al reducir la cantidad de virus y prevenir la muerte celular. Sin embargo, a medida que la enfermedad progresa, estos mismos procesos pueden contribuir al daño cerebral asociado con el Alzheimer.
“Nuestra investigación muestra cómo el HSV-1 interactúa con el cerebro e influye en las patologías de la enfermedad de Alzheimer. Al principio, los cambios en la proteína tau pueden proteger las células cerebrales al limitar el virus, pero a medida que la enfermedad avanza, estos mismos cambios podrían provocar más daños y acelerar la neurodegeneración”, ha afirmado el investigador que ha dirigido el estudio, Or Shemesh.
A partir de los resultados obtenidos, el estudio sugiere que atacar la actividad viral o modificar la respuesta del sistema inmunitario podría ofrecer nuevas posibilidades de tratamiento. De este modo, se abre la puerta a formas innovadoras de ralentizar o detener la progresión de la enfermedad de Alzheimer, aunque los expertos han precisado que se requieren más investigaciones al respecto.
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