MURCIA, 24 (EUROPA PRESS)
La Asociación para la Conservación del Patrimonio de la Huerta de Murcia (Huermur) ha logrado que la tradicional “Bajada del Niño” de la pedanía murciana de Patiño sea incoada como Bien Inventariado, dada su relevancia como patrimonio cultural inmaterial de la Región de Murcia, según han informado desde la asociación en una nota de prensa. Esta tradición, profundamente arraigada en la cultura popular de la huerta, combina elementos de fe, arte y música popular, destacando especialmente su conexión con los trovos y los cantos de aguilando, característicos de la región.
La “Bajada del Niño”, que tiene lugar cada Nochebuena, es un ritual simbólico en el que una figura del Niño Jesús desciende desde el coro hasta el altar mediante un ingenioso mecanismo de poleas y alambres, acompañado de la improvisación de versos troveros y la música de instrumentos tradicionales como la guitarra, laúd, violín y pandereta. Este acto, que data aproximadamente de 1908, “es mucho más que una ceremonia devota es una celebración de la identidad cultural y la transmisión oral de saberes que han pasado de generación en generación en la pedanía de Patiño”, han señalado desde Huermur.
Desde la asociación han explicado que “a pesar de la solicitud formal presentada el pasado 11 de noviembre ante la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia, la Consejería de Cultura no ha emitido respuesta alguna”. Huermur ha recurrido al Defensor del Pueblo para solicitar su amparo y “exigir que se respete el marco legal que obliga a la administración a resolver en un plazo máximo de un mes, y reconozca que ya está incoada por silencio la protección solicitada”. Todo ello, dado que al haber la consejería excedido en el plazo de respuesta, la ley marca que queda protegido cautelarmente hasta que se resuelva el expediente, al quedar iniciado por silencio positivo.
“El reconocimiento de la Bajada del Niño como patrimonio inmaterial es vital para preservar una tradición que forma parte del patrimonio inmaterial de nuestra tierra, sino que también representa una parte esencial de la cultura popular de la huerta murciana. Los trovos, los cantos y este acto simbólico son un tesoro que debemos proteger y valorar”, ha señalado el presidente de Huermur, Sergio Pacheco.
Esta tradición, que solo se ha interrumpido durante la Guerra Civil y la pandemia de 2020, “es un claro ejemplo de cómo la cultura inmaterial une la memoria colectiva, la religiosidad y la creatividad popular en un evento único”, han apuntado. Desde Huermur piden a la Consejería de Cultura “que cumpla con sus obligaciones legales y reconozca la importancia de esta manifestación cultural, que es parte del alma de la huerta. Todo ello, para velar por la conservación y difusión de las tradiciones que nos identifican como pueblo”.
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