MADRID, 24 (SERVIMEDIA)
Cada leopardo tiene su propio rugido único a través del cual puede ser identificado, según un nuevo estudio.
Esa es la conclusión de la primera investigación a gran escala con cámaras trampa emparejadas y grabación autónoma para esos grandes carnívoros africanos. Los investigadores pudieron identificar leopardos individuales por sus vocalizaciones con una precisión del 93%.
El trabajo fue realizado por siete investigadores pertenecientes a instituciones de Reino Unido o Tanzania y aparece publicado en la revista ‘Remote Sensing in Ecology and Conservation’.
Los leopardos están clasificados como ‘vulnerables’ a la extinción según la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), principalmente debido a la pérdida de hábitat y al conflicto entre humanos y vida silvestre.
Como son criaturas solitarias y nocturnas que viven en enormes extensiones de terreno, los científicos suelen tener dificultades para reunir datos fiables que ayuden a revertir la disminución de sus poblaciones.
PATRÓN REPETIDO
Hay poca investigación científica sobre los rugidos del leopardo, que conforman un patrón repetido de golpes de baja frecuencia, a menudo audibles desde al menos un kilómetro de distancia y que estos animales usan principalmente para atraer parejas y la defensa territorial.
Estudiar a los leopardos a través de los sonidos que emiten (una técnica conocida como bioacústica y más comúnmente utilizada para monitorear aves y especies marinas) tendría la ventaja de permitir a los investigadores analizar áreas mucho más grandes.
Ello podría conducir a estudios más complejos, como estimaciones de población, una métrica clave para ayudar a los responsables de las políticas y a los profesionales de la conservación a comprender cómo gestionar los paisajes y mitigar los conflictos entre los seres humanos y la vida silvestre.
TANZANIA
El equipo de investigación realizó su estudio en una extensión de 450 kilómetros cuadrados en el Parque Nacional Nyerere (Tanzania), donde colocaron 50 pares de cámaras en árboles a lo largo de caminos y senderos.
Además, instalaron micrófonos al lado de cada cámara para poder identificar al leopardo desde la cámara y luego extraer los rugidos del audio.
Luego utilizaron un sistema de modelado para analizar el patrón temporal del rugido de un leopardo y descubrieron que era posible la identificación individual, con una precisión general del 93,1%.
“Descubrir que los leopardos tienen rugidos únicos es un hallazgo importante, pero fundamentalmente bastante básico que muestra lo poco que sabemos sobre los leopardos y los grandes carnívoros en general”, sentencia Jonathan Growcott, doctorando en la Universidad de Exeter (Reino Unido).
Growcott concluye: “Esperamos que esto permita que los leopardos se conviertan en el foco de una ciencia acústicamente más compleja, como los estudios de densidad de población, y abra la puerta a más trabajos sobre cómo los grandes carnívoros utilizan las vocalizaciones como herramienta”.
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