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La Fiscalía considera como “torturas” los malos tratos a una menor presuntamente prostituida por su familiar

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La acusación particular sospecha que hay dos víctimas más que no han sido identificadas

BARCELONA, 16 (EUROPA PRESS)

La Fiscalía ha calificado de “torturas” los 11 años de abusos sexuales que presuntamente sufrió una menor de un municipio del Vallès Occidental (Barcelona) entre los 6 y los 17 años por parte de su primo, acusado también de prostituirla durante su adolescencia y de abusar de otra de sus primas desde una edad muy temprana.

“De los 6 a los 17 años son 11 años, 11 años en los que la víctima sufrió torturas por parte del acusado, 11 años de abusos sexuales, 11 años de presión, de amenazas, de coacciones”, ha subrayado el fiscal, que pide para el acusado 55 años de cárcel y una indemnización para las dos víctimas de 95.000 euros por los daños morales causados.

La acusación particular, que ejerce el abogado Ángel Aso, eleva esta pena hasta los 58 años y 700.000 euros.

La acusación particular sospecha que podría haber dos víctimas más, pues entre los archivos de pornografía infantil incautados al acusado hay imágenes de dos niñas que no han sido identificadas, instantáneas que se desconoce si son fruto de un intercambio con otros pedófilos o de elaboración propia.

UNA DEUDA QUE AUMENTABA

La joven que, además de abusada, presuntamente fue prostituida por su primo, ha explicado frente al tribunal que su agresor le hizo creer que había adquirido una deuda de 3.000 euros con él para que accediese a mantener sexo a cambio de dinero con hombres.

“Me dijo que había unas fotos mías que habían salido a la luz, que alguien las tenía, y que él podía hacer que estas fotos no se publicasen”, ha dicho.

Su primo, que es unos 18 años mayor que ella, le hizo creer que él adelantaría 3.000 euros para evitar la difusión de estas imágenes, pero que ella tendría que devolverle el favor: por un lado debía hacer que la familia de ella recuperase la relación con él, al que rechazaban por acosar a la menor, y por otro, tendría que devolver el dinero ejerciendo la prostitución.

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LOS ABUSOS COMENZARON A LOS 5 AÑOS

“Yo sabía que me había sacado tantas, tantas y tantas fotos”, ha expresado la joven, que ha manifestado que estas instantáneas, de contenido sexual, comenzó a tomárselas su primo cuando empezaron los abusos, que ella sitúa en torno a los 5 años, aunque sin poder descartar que comenzaran incluso antes.

En su declaración, que ha durado 3 horas, ha manifestado que su primo empezó a abusar de ella a muy corta edad y que le hizo creer que todo era un juego, pero que ella enseguida se dio cuenta de que no quería hacer las cosas que le exigía a cambio de dejarla jugar con su ordenador o tablet: “Son cosas que me repugnaban. Me daba mucho rechazo”.

Si se negaba, su primo la sometía a castigos, a veces sexuales, ha precisado la víctima, que ha descrito que su infancia y adolescencia transcurrieron en un clima de “amenazas y control” por parte del acusado, que llegó al punto de intentar mudarse a la casa de la menor y que, ante la negativa de los padres de ella, alquiló una habitación en el mismo edificio para estar lo más cerca posible.

La chica ha dicho que, además de los abusos, sobre los 12 años comenzó a sufrir violaciones por parte de su primo y que, sobre esa misma época, le enseñó fotogramas de un vídeo sexual en los que aparecía otra niña, de unos 5 años en aquel momento, que ella reconoció –la otra víctima, también prima del acusado–.

Estos archivos se han exhibido en la sala junto a otros muchos en los que la declarante se ha reconocido: “Soy yo. Tenía 6 años”, ha señalado antes de pedir que no le mostrasen más fotos.

20 HOMBRES DE HASTA 75 AÑOS

La Fiscalía calcula que el acusado obligó a esta víctima, que en aquel momento era adolescente, a prostituirse con hasta una veintena de hombres en entre 30 y 40 ocasiones en pisos de Sabadell y Barcelona.

La joven ha precisado que, antes de ir, el procesado la obligaba a pasar por su casa para que se maquillase “para que pareciese un poquito más mayor”, dado que tenía entre 14 y 15 años en aquel momento.

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La chica ha manifestado que era él quien contactaba con los clientes, que en una ocasión le hizo grabar un mensaje de voz diciendo “hola, sí soy yo, quiero quedar contigo” para que los hombres creyesen que era ella quien respondía, y que le hizo fotografías con ropa provocativa y con máscaras que después supo que su primo utilizaba en los anuncios de los servicios sexuales.

Sobre el dinero que pagaban los clientes, que tenían edades comprendidas entre los 25 y los 75 años, según la víctima, la joven sostiene que era su primo quien lo recogía o que, si los hombres se lo entregaban a ella, tenía que dárselo y que, en ocasiones, le decía: “Hoy lo has hecho muy bien, vamos a gastar 20 euros”.

La joven ha negado taxativamente que ejerciera la prostitución de forma voluntaria y que se lucrase de este modo, como insinúa la defensa, y ha reiterado que la deuda que el primo le hizo creer que había contraído nunca se redujo, sino que aumentaba por cualquier castigo u ocurrencia.

Además ha dicho que llegó a desear sufrir un accidente de camino a la casa de los hombres que contrataban sus servicios al asumir que esa era la vida que le esperaba.

NIEGA LA ELABORACIÓN DE PORNOGRAFÍA

El acusado, que ha mostrado su “absoluto arrepentimiento”, se ha quejado de falsedades en el discurso de la víctima, pues aunque ha reconocido la autoría de los abusos niega que la obligara a prostituirse así como la elaboración de pornografía infantil.

Sin embargo, en la causa constan decenas de miles de archivos de contenido pedófilo, algunos de ellos en los que aparecen las dos víctimas manteniendo actividad sexual a edad muy temprana con él, imágenes que el fiscal ha dicho que, por su crudeza, no olvidará nunca.

Solo en un disco duro almacenaba 3.000 archivos de pornografía infantil, que ascienden a decenas de miles sumando todos los dispositivos incautados, entre fotos y vídeos: “Este es el acusado, ¿cómo va a negar la pornografía infantil?”, ha subrayado el fiscal, del que ha dicho que no se aprecia arrepentimiento sino la mano de una buena abogada detrás.

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Además, la acusación particular sostiene que el acusado “vendía en el mercado negro este material”, puesto que obligaba a una de las víctimas, según su declaración ante el tribunal, a hacer gestiones diarias con bitcoins, lo que la ha llevado a deducir que el dinero lo obtenía del intercambio de estos archivos con otros pedófilos.

LA DEFENSA PIDE LA NULIDAD

Por su parte, la abogada del acusado se ha quejado de que una de las víctimas ha ampliado su declaración con respecto a la fase de instrucción en puntos clave para la línea de la defensa y ha añadido que su relato está viciado porque asistió al primer día al juicio y escuchó el interrogatorio del procesado, por lo que pide la nulidad del testimonio.

Asimismo, sostiene que el acusado era poseedor de pornografía infantil, pero niega que la elaborara, alegando que las fotos de las dos niñas eran para su propio consumo, por lo que pide que se le condene a 6 de cárcel por los abusos y se le apliquen atenuantes de reparación del daño –por la consignación de 20.000 euros–, de confesión y de dilaciones indebidas.

SE ENFRENTA A 58 AÑOS

El Ministerio Público pide 12 años de prisión por el delito continuado de abuso sexual con penetración a menor de 16 años (3 más la acusación particular), otros 12 años por un delito de inducción a la prostitución a menor de edad y 9 años por el delito de utilización de menor para la elaboración de material pornográfico.

En lo que respecta a la segunda víctima solicita 12 años por el delito continuado de abuso sexual con penetración a menor de 16 años y 9 más por utilizar a la menor para producir material pornográfico, a lo que suma un año más por su posesión.


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