Aumentan hasta 455 los motoristas fallecidos, 42 más que en 2022
MADRID, 14 (EUROPA PRESS)
Un total de 1.806 personas fallecieron en 2023 en accidentes de tráfico, un 3% más que en 2022, y otras 9.265 personas resultaron heridas graves, un 9% más, en un contexto de mayor número de desplazamientos de largo recorrido, según ha revelado este lunes el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska.
Así lo ha explicado Grande-Marlaska en el Pleno del Consejo Superior de Tráfico y Seguridad Vial, que ha reunido a más de 80 representantes de organizaciones públicas y privadas integrantes de este órgano de consulta y participación de la sociedad civil y de todas las administraciones vinculadas con la seguridad vial, en la sede de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre (FNMT) en Madrid.
En su intervención inicial, Grande-Marlaska ha reconocido que no son buenos datos y ha destacado los 455 motoristas fallecidos, 42 más que en 2022. “Son muchos, son demasiados, los siniestros de tráfico son evitables, también los de los motoristas, por eso seguimos trabajando con medidas que nos ayuden a frenar esta sangría de siniestros con sus dramáticas consecuencias”, ha señalado.
Tras la intervención del ministro del Interior, el director del Observatorio de Seguridad Vial de la Dirección General de Tráfico, Álvaro Gómez, ha explicado que el 71% del total de las personas fallecidas (1.288 personas) murieron en siniestros que tuvieron lugar en vías interurbanas, lo que supone un incremento del 1% con respecto a 2022, 15 fallecidos más.
En cuanto a los fallecidos en vías urbanas, son 518 personas, 45 más que en 2022, un 10% más. Además, el 52% de los fallecidos eran usuarios vulnerables (motoristas, ciclistas y peatones), un porcentaje que se eleva hasta el 80% en vías urbanas.
Según el tipo de siniestro, el 36% de los fallecidos perdieron la vida en salidas de la vía, un porcentaje similar al de 2022, mientras que aumentaron un 3% los fallecidos por atropellos a peatón, que representan el 18% del total.
Respecto a las causas de los siniestros, la distracción fue el principal factor concurrente en el 30% de los accidentes mortales, seguido del alcohol, con el 26% y la velocidad, con el 21%.
El mayor número de fallecidos se encuentra en el grupo entre los 35 y 64 años (862), 31 más que en 2022; y aumenta un 10% el tramo comprendido entre los 45 y 50 años. Por su parte, disminuyen un 1% los fallecidos mayores de 65 años, y los hombres siguen siendo las víctimas mortales más numerosas con el 78% del total de fallecidos, un 5% más que en 2022.
Además, de los datos se desprende que un 18% de los fallecidos (217 personas, 174 en vías interurbanas y 43 en vías urbanas) no hacían uso de accesorios de seguridad en el momento del siniestro.
El balance consolidado de siniestralidad vial de 2023 incluye los datos de fallecidos en un siniestro vial o durante los 30 días posteriores.
En comparación con otros países europeos, estos datos colocan a España como el noveno país con menor tasa de personas fallecidas por millón de habitantes, con 38 fallecidos por millón de habitantes.
Por su parte, el director general de Tráfico ha dado a conocer el informe de actividades relevantes en materia de seguridad vial realizadas desde febrero de 2022 y ha destacado las medidas adoptas en materia de seguridad de motoristas.
Por último, los asistentes al Pleno del Consejo han conocido el Plan de actuación 2024-2025, que incluye las iniciativas en las que en la actualidad trabaja la DGT y las que están pendientes de desarrollo, entre las que destacan la modificación de los cursos para la obtención del permiso de la clase A; el curso obligatorio para conducción de motocicleta con permiso B con 3 años de antigüedad, y la regulación de los cursos de conducción segura y eficiente para personas conductoras de motocicletas y turismos.
La DGT también trabaja en la modificación del Reglamento General de Circulación para mejorar la protección de los colectivos vulnerables; la transposición y aplicación de la nueva Directiva Europea 2019/1936 sobre gestión de la seguridad de las infraestructuras viarias; el establecimiento de los “carriles de emergencia”; el desarrollo de un marco regulatorio para los vehículos autónomos, y la mejora de la información a víctimas del tráfico, entre otras iniciativas.
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