MADRID, 13 (SERVIMEDIA)
Una estatua en pleno centro de Madrid rinde homenaje a los vendedores de cupones. Está ubicada muy cerca de la Puerta del Sol y a escasos metros del Congreso de los Diputados. Elaborada en bronce, tiene el nombre de Fortunato y ha logrado fundirse con el paisaje urbano. Los vecinos, los turistas y los viandantes pasan a diario junto a él, a menudo, rozando la suerte, sin saberlo.
Justo ahora se cumplen once años de su colocación y el presidente de la ONCE y de su Fundación, Miguel Carballeda, anima a acercarse a este pedazo de historia de España. “Que vengan al madrileño barrio de Las Letras y conozcan a Fortunato y se fotografíen con él o pasen el cupón para que les de suerte”, recomienda.
Carballeda asistió a la colocación de la escultura en 2013 y rememora hoy en una entrevista para Servimedia aquel momento. “Vinimos junto a su autor, el artista, ya fallecido, Santiago de Santiago. Recuerdo que le pedimos que nos hiciera un vendedor de la ONCE”. Aunque a su presidente le gusta llamarles “centinelas de la ilusión” porque es “algo único, que solo existe en España y no se encuentra en ningún otro país”.
El máximo responsable de la ONCE conoce bien esta singularidad de los vendedores de cupones. Recuerda aquellos años (toda una década) en los que ejerció como centinela de la ilusión en Palma de Mallorca. “Los turistas extranjeros venían a sacarse fotos conmigo, supongo que para llevárselas a su país por la sorpresa que les causaba”, recuerda sonriente.
Fortunato rinde tributo a la figura del tradicional vendedor del cupón que ha acompañado a la ciudadanía en calles, plazas de pueblos y ciudades durante los casi 86 años de historia de la ONCE que se cumplen a finales de este año. La Organización cuenta con ‘una legión de Fortunatos’ (alrededor de 20.000 de vendedores) repartidos por toda la geografía española. A través del dinero procedente de la venta diaria de cupones y de otros productos, que se han ido implementando con los años, la ONCE ha puesto en marcha distintos proyectos.
“Generamos muchos servicios dentro del mundo de la discapacidad gracias a la solidaridad de las personas sencillas que se acercan a nuestros centinelas con la ilusión de todos los días”, apunta Carballeda. Una suerte de red invisible une a vendedores y compradores del cupón que logran, “con apenas un 4% del juego total de este país, que la ONCE haga montones de cosas maravillosas”.
A PUNTO DE CUMPLIR 86
Carballeda aprovecha el aniversario de la colocación de Fortunato para recordar que “el próximo mes de diciembre cumpliremos 86 años de historia de la ONCE” a lo largo de los cuales la entidad ha acometido números proyectos.
En el año 1988 nació la Fundación ONCE para la cooperación e inclusión social de las personas con discapacidad, supuso la extensión de la solidaridad de la Organización a todas las personas con discapacidad. De otro lado, se crearon más servicios sociales para las personas ciegas, como la Fundación ONCE del Perro Guía (FOPG) en 1990, que situaron a la ONCE como referente mundial en la prestación de servicios especializados.
En 1992, España vivió el sueño olímpico y paralímpico, en el que los deportistas con discapacidad alcanzaron unas cotas deportivas inéditas hasta el momento. Más tarde, se conformó una corporación empresarial para demostrar que las personas con discapacidad pueden y saben trabajar y además son rentables, que acabó transformándose en el Grupo ILUNION.
En 1998, nació la Fundación ONCE para la Solidaridad con las Personas Ciegas de América (FOAL), que acomete proyectos encaminados a la educación, formación y rehabilitación en esta región del planeta y, también, en otras áreas deprimidas. Actualmente trabaja en 19 países y acaba de cumplir 25 años.
Y en 2007 la ONCE creó la Fundación ONCE para la Atención de Personas con Sordoceguera (Foaps) que promueve el desarrollo de programas dirigidos a la atención de las necesidades específicas de las personas con sordoceguera.
UNA MÁS EN ‘LA FAMILIA ONCE’
Recientemente se ha publicado en el Boletín Oficial de Estado una nueva fundación dentro de la ‘gran familia de la ONCE’. Se trata, en palabras de Miguel Carballeda, de una fundación “pequeñita que trata de dar respuesta a esas personas que no cumplen las condiciones mínimas para ser afiliado de la ONCE, en su problema de visión, pero sí tienen problemas de vista”.
A menudo estas personas se encuentran en tierra de nadie. Sin embargo, a partir de ahora, si la persona afectada tiene un certificado de al menos el 33% podrá inscribirse en la nueva entidad.
Se estima que los futuros beneficiarios de la Fundación ONCE Baja Visión podrían ser más de 100.000 personas que presentan una anomalía visual que restringe la capacidad de realizar tareas visuales en el día a día y que no puede corregirse con gafas normales, lentes de contacto o intervención médica.
A través de este nuevo proyecto, la ONCE pretende emplear todo su caudal de conocimiento y experiencia con las personas ciegas y extenderlo a este colectivo, desde el apoyo psicosocial hasta las tácticas y técnicas para aprovechar el resto visual.
Miguel Carballeda hace balance de estos casi 86 años de andadura de la ONCE y no puede disimular el orgullo por los logros conseguidos. “Estamos a punto de llegar a los 75.000 trabajadores, somos el cuarto empleador no público del país y el primer empleador en todo el mundo de personas con discapacidad, “como mi hijo que tiene síndrome de Down, como Fortunato o como yo”, reconoce.
Fortunato es una figura inerte. No habla, ni ve, pero lanza un claro mensaje. “Tiene la mirada orientada hacia el Congreso de los Diputados. Fortunato controla los leones y a todos los representantes políticos de la Democracia que entran a diario al Congreso para recordarles que existen en España cuatro millones y medio de personas que vivimos con una discapacidad”, señala con contundencia el presidente de la ONCE y de su Fundación, Miguel Carballeda.
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