MADRID, 13 (SERVIMEDIA)
La Sala Juan de la Cruz del madrileño Teatro de La Abadía acogerá entre el 23 de octubre y el 7 de noviembre ‘Cortázar en juego’, un “puzle lúdico y sorprendente” construido a partir de textos de Julio Cortázar (1914-1984) que permitirá al espectador sumergirse en el universo del autor argentino.
‘Cortázar en juego’ es un montaje dirigido por Natalia Menéndez, con dramaturgia de José Sanchis Sinisterra y Clara Sanchis, quien forma parte del elenco junto con Pablo Rivero.
Para construir ‘Cortázar en juego’, José Sanchis Sinisterra y Clara Sanchis se han adentrado en los textos del autor nacido en Bélgica, donde su padre trabajaba en la embajada argentina, y afincado gran parte de su vida en Francia, lo que permitirá al espectador, según Natalia Menéndez, “tejer” su propia trama de la obra.
De este modo, el lector habitual de Cortázar reconocerá relatos como ‘Casa tomada’ y ‘Graffiti’, ‘Manual de instrucciones’ o ‘Rayuela’; mientras que quienes no frecuentan sus lecturas podrán acceder a su universo. “Es un juego para descubrir a Cortázar o saborearlo para quienes ya lo admiran”, refrendó Menéndez.
Los dramaturgos se adentraron en el teatro menos conocido de Cortázar hasta llegar a su pieza de teatro radiofónico ‘Adiós Robinsón’, lo que les permite rendir tributo “al hombre y al escritor que tan sólidos puentes tendió entre América y Europa y que tan íntimamente supo unir la libertad estética con el compromiso ético”.
En es sentido, han situado la obra en la década de 1970 y será desde una emisora de radio desde donde arranque este “viaje lúdico, literario y teatral”. Allí, los dos personajes que interpretan Pablo Rivero y Clara Sanchis se multiplican en otros: unos locutores de radio a los que les encanta hacer teatro radiofónico e interpretan a Robinson Crusoe y a su esclavo Viernes, unos grafiteros que intentan sortear a la policía a través del amor, dos soñadores que se imaginan con sus amantes y otros soñadores que no saben explicar lo que sienten, un periodista que aporta ‘fake news’, una estrambótica conferenciante que alerta del peligro de la censura y la autocensura a través del absurdo de lo que significa una simple mesa o dos hermanos que deben abandonar su casa porque la va ocupando el poder despiadado.
En esta unión de personajes en la que surgen unas historias de otras, a guisa de muñecas rusas, los espectadores asistirán a un espectáculo que, según Natalia Menéndez, “se aparta de los convencionalismos, transgrede casi sin pretenderlo” y “se debate acerca del valor de la domesticación y lo que ella inventa, nos sitúa en el abismo de los supuestos avances o progresos tecnológicos, nos confronta en observar esas medidas innecesarias sobre peligros inexistentes y nos anima al deseo, al amor, a la amistad y al juego”.
- Te recomendamos -