· Las piezas de fruta eran vaciadas y rellenadas con un cilindro compacto de cocaína recubierto con un baño de cera o parafina amarillenta, aislando así los olores químicos de la droga y evitar su detección
La investigación comenzó tras cotejar la información recopilada en otras operaciones contra el narcotráfico con este mismo “modus operandi”. Los agentes constataron la existencia de una empresa de importación de fruta que, supuestamente, se encargaría de importar la sustancia estupefaciente desde Latinoamérica.
Tras varias gestiones alrededor de los titulares de esa empresa, los policías detectaron que realizaban diversas transacciones económicas utilizando otras empresas de frutas, cuyos titulares eran personas de confianza, que se encargaban de la importación de las piñas.
De esta manera se tuvo conocimiento de la llegada de un contenedor de fruta a nombre de una de las empresas investigadas. El cargamento procedía de Costa Rica y llegó al puerto de Setúbal (Portugal) para su traslado por carretera hasta MercaMadrid. Una vez en la capital, los agentes localizaron el camión cuando descargaba la mercancía en uno de los muelles y procedieron a su registro.
Los policías tuvieron que abrir cada una de las piñas hasta dar con aquellas que contenían la droga, entre 800 y 1.000 gramos por pieza, localizando un total de 67 kilos de cocaína. Posteriormente se realizaron los arrestos de siete personas en Madrid (3) y Barcelona (4) por su presunta implicación en red de narcotráfico
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