Aragón no ha sufrido ningún gran incendio –de más de 500 hectáreas afectadas– este año
ZARAGOZA, 10 (EUROPA PRESS)
La campaña de máxima activación del Operativo de Prevención y Extinción de Incendios de Aragón (Infoar) –del 15 de junio al 15 de septiembre– ha concluido con 939 hectáreas quemadas, un 71% menos que la media histórica, pero desde el Gobierno autonómico insisten en que casi la mitad de los fuegos “se podrían haber evitado”.
Así, el consejero de Medio Ambiente y Turismo del Gobierno de Aragón, Manuel Blasco, ha destacado en rueda de prensa que 2024 ha sido un año “bueno”, muy parecido a 2023, que fue “el mejor de la serie histórica”, y ha confiado en que continúe así.
Blasco ha achacado este buen comportamiento a que las condiciones meteorológicas “no han sido las peores”, a la eficacia del operativo y a la coordinación con el resto de administraciones públicas, al haber contado con la colaboración de Castilla-La Mancha, Castilla y León, Cataluña, el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico o la Unidad Militar de Emergencias (UME).
“Cuando se produce un incendio, no hay colores políticos. Arrima el hombro todo el mundo, todas las comunidades autónomas”, ha reivindicado.
Estas buenas cifras se producen a pesar de que, al inicio de la campaña, las condiciones “no eran las mejores” tras una sequía prolongada, pero las lluvias llegaron –sólo julio ha sido seco y no en todas las zonas, mientras que agosto y septiembre han sido muy húmedos– y han contribuido a que no se hayan registrado incendios de grandes magnitudes.
CAUSAS
En cuanto a las causas, el primer lugar están las causas naturales –habitualmente rayos–, con un 26%, un porcentaje muy superior al de otras zonas de España; el 20% se han debido a accidentes; otro 20%, a negligencias; y el 24% han sido intencionados. El 10% de las causas son desconocidas o permanecen en investigación.
El consejero ha puesto el acento en estas dos últimas, los incendios producidos por negligencias o intencionados, que son los que se podrían evitar. De ahí que en los primeros meses de campaña se reitera la necesidad de extremar las medidas de precaución y de cumplir con las normas.
Dentro de negligencias y accidentes, destacan los motores y la maquinaria –32%–, las quemas agrícolas –26%–, los fumadores –9%– y las líneas eléctricas –8%–.
CUATRO PRINCIPALES INCENDIOS
En lo que va de 2024, se han registrado cuatro incendios destacados en Aragón. El primero, el 3 de julio en Biota (Zaragoza), que quemó 460 hectáreas, aunque sólo 150 eran forestales, y se generó “posiblemente” debido a una cosechadora, si bien sigue en investigación. Este fuego obligó a confinar el núcleo de Farasdués.
El siguiente se declaró en El Pueyo de Araguás (Huesca), el 23 de julio, calcinó 134 hectáreas y obligó a evacuar por precaución las poblaciones de Torrelisa y Araguás. El fuego comenzó por una cosechadora y se requirió una gran cantidad de medios aéreos para su extinción debido a que la orografía no permitía el acceso por tierra a la mayor parte del perímetro.
Un total de 132 hectáreas se quemaron en el incendio de Luesia (Zaragoza), declarado de madrugada y con una gran cantidad de focos secundarios. Todavía se encuentra en fase de investigación.
También está en investigación el último de los principales incendios forestales de este verano en Aragón, originado en Corbalán (Teruel) el 11 de agosto, propagado rápidamente debido al viento y con las labores de extinción condicionadas por la presencia en la zona de explosivos de la Guerra Civil. El balance final es de 192 hectáreas calcinadas y también fue necesaria la confinación de la población.
Blasco ha aprovechado para dar las gracias a todo el operativo de Infoar, un agradecimiento que ha recibido de forma expresa por escrito desde las administraciones afectadas, como la Comarca del Sobrarbe y los ayuntamientos de Corbalán y Montalbán.
Ha resaltado que al Ejecutivo “le preocupa y mucho la salud de los trabajadores”, por lo que se ha congratulado de que no haya habido “grandes problemas” en este sentido.
UN OPERATIVO “ENGRASADO”
Por su parte, la directora general de Gestión Forestal, Ana Oliván, ha incidido en el buen funcionamiento del operativo, citando a los trabajadores de la empresa pública Sarga, los Agentes de Protección de la Naturaleza (APN) y al personal técnico y del Departamento, a la hora de evitar que los incendios fueran grandes y a que apenas se hayan quemado 7 hectáreas más que el año pasado, que fue el mejor de la serie histórica.
En sus palabras, el operativo tiene una maquinaria “bien engrasada” en la que “todo el mundo sabe lo que tiene que hacer”.
La jefa de servicio de Gestión de los Incendios Forestales y Coordinación, Maribel Ureta, ha subrayado que se ha quemado poco más de un 28% de lo que se quema habitualmente durante el periodo de máxima activación, mientras que, tomando como referencia desde el 1 de enero, la cifra es del 39%. En el conjunto de España ha pasado “algo parecido”, con un 54% de superficie calcinada en comparación con la media histórica.
Ureta ha señalado que, al principio de la campaña, preocupaba especialmente el cuadrante sureste de Aragón y el Bajo Ebro, por la mayor afección de la sequía, pero que junio “no fue malo” y el periodo de máxima activación ha finalizado con un septiembre “extraordinariamente bueno”.
Es más, este año, el nivel máximo de alerta –el nivel rojo– sólo se ha activado en un periodo “muy corto de tiempo”, durante varios días entre la mitad del mes de julio y mediados de agosto.
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