MADRID, 07 (SERVIMEDIA)
La psicoanalista y escritora Lola López Mondéjar obtuvo este lunes el Premio Anagrama de Ensayo con su obra ‘Sin relato. Atrofia de la capacidad narrativa y crisis de la subjetividad’, un título que se publicará el próximo 9 de octubre.
‘Sin relato. Atrofia de la capacidad narrativa y crisis de la subjetividad’ se ha elegido entre 167 originales procedentes de 15 países por un jurado compuesto por Jordi Gracia, Pau Luque, Daniel Rico, Remedios Zafra y las editoras Silvia Sesé e Isabel Obiols.
Daniel Rico destacó de la obra galardonada que “en un intenso y polifónico diálogo con la filosofía, el psicoanálisis, el cine y la literatura”, su autora “trata de explicarse las causas y las consecuencias de una enfermedad cuya propagación y universalización constata a diario en la práctica clínica: la dificultad de contarse y explicarse a sí mismos que sufren los hijos del capitalismo digital, signo inequívoco y desasosegante del creciente vaciamiento del mundo interior, de la merma del pensamiento crítico y del ocaso de la imaginación”.
A su vez, Remedios Zafra subrayó que ‘Sin relato. Atrofia de la capacidad narrativa y crisis de la subjetividad’ aborda “la complejidad de un mundo que anima a hablar de uno mismo todo el rato y que paralelamente boicotea la lógica narrativa y creativa que requiere todo sujeto para construirse como tal y para escuchar, quizá comprender mejor, a los otros”.
En ‘Sin relato. Atrofia de la capacidad narrativa y crisis de la subjetividad’, Lola López Mondéjar se centra en el individuo posmoderno para concluir que “de todas las transformaciones que sufre, una de las más relevantes es su pérdida de narratividad, la dificultad cada vez más agudizada para contarse a sí mismo y elaborar un relato”; un “mal que, pese a su afectación común, sufren en mayor medida quienes han nacido en la era digital”.
La autora asocia esa atrofia “no sólo a la dificultad para poner en palabras el pensamiento, sino a un déficit del pensamiento mismo y de la imaginación”, ya que “en el capitalismo de la atención, donde está siempre rodeado de estímulos, el ciudadano parece abocado a convertirse en un yo mínimo, sin apenas autoconciencia y, paradójicamente, desatento, incapaz de conversar, de rozarse, de comprender al otro”.
Por todo ello, se pregunta que “si la incapacidad de trasladar al lenguaje nuestras experiencias nos vacía de ellas, nos uniformiza y nos convierte en analfabetos afectivos, en ciudadanos acríticos e individualistas, ¿somos hoy menos humanos?” El Premio Anagrama de Ensayo se convoca anualmente y tiene una dotación de 10.000 euros.
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