LOGROÑO, 06 (EUROPA PRESS)
En la docencia ‘on line’ mantener la atención del alumno es clave y, para ello, una buena estrategia es “hacer trabajar al estudiante” y, por supuesto, “olvidarse de dar una clase magistral”.
En una entrevista a Europa Press, la coordinadora del Máster en Formación de Profesorado de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), Victoria Iñigo, ha puesto el acento en la trascendencia de lograr mantener el interés del alumno en un aula virtual.
Ha relatado cómo, en un primer momento, se pensaba que dar clases ‘on line’ se basaba en abrir un foro, colgar los apuntes y que los alumnos puedan preguntar. Pero, en realidad, “tienes que llegar mucho más a los estudiantes”.
De este modo, el estudiante que está al otro lado del ordenador tiene muchos más elementos de distracción, y posibilidades de salida, que en el aula física.
Al alumno, mientras el docente habla, le puede llegar un mensaje, levantarse a ponerse un café… “y en menos de cinco minutos has perdido su atención”.
Así que “lo primero que tenemos que salvar es conseguir la atención de los estudiantes”. Para ello, se necesita “conocer muy bien el ambiente en el que se está”.
Conocer a los estudiantes “es más complejo, pero se puede lograr” y, además, el docente debe conocer todos los recursos que tiene a su disposición.
“Tienes que saber cómo interactuar con ellos; al final, la competencia digital la necesitas para poder mantener su atención y trabajar con los alumnos”, ha relatado.
Entre las herramientas ha citado ponerles vídeos; hacerles preguntas; plantearles un juego. Pequeñas cosas para mantener la atención. Y es que, “la mejor forma de todas es hacerles trabajar”.
Comienza la clase y el alumno, que ya tiene los apuntes colgados, debe haberlos leído. Por tanto, está preparado para que el tiempo de clase sea trabajando, planteándole actividades con metodologías activas, con un aprendizaje basado en problemas.
El seguimiento del profesor debe ser “constante”. “Cuando tienes sólo una hora de clase a la semana hay mucho trabajo autónomo por parte del estudiante, el peso recae en él, pero ese trabajo tiene que ser supervisado, y no se trata sólo de poner una nota, tiene que haber una retroalimentación”, ha destacado.
CERCANÍA CON EL ESTUDIANTE
Iñigo lleva once años dando clases ‘on line’ y, al comenzar, le llamó la atención la cercanía que se puede lograr con el estudiante. “Puedes llegar a tener esa complicidad, y eso no me lo esperaba”, ha relatado.
Eso hace que el planteamiento de las clases lo puedan liderar los intereses de los alumnos. Además, la comodidad del espacio en el que están los estudiantes puede hacer que se pueda conectar mejor con ellos.
Pero “tienes que ser consciente de eso” y es que la comodidad que surge también hace que ellos puedan llegar a ser más críticos, más exigentes. “Como están al otro lado de la pantalla son más críticos contigo”, ha señalado.
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