MADRID, 05 (SERVIMEDIA)
El cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española, reclamó este sábado el cierre de los centros de internamiento de extranjeros.
Así lo pidió durante su participación en una concentración de vigilia en Aluche (Madrid), donde se sumó a representantes de parroquias y realidades de la arhidióceisis ante uno de estos centros.
Según destacaron los organizadores de la concentración, quienes están en los CIE son personas migrantes en situación administrativa irregular, pero que la mayor parte llevan años en España, trabajando, estudiando o impulsando una familia y que, por tanto, ya han echado raíces en España. “Han sufrido una detención en su lugar de trabajo, en la calle o en otros contextos arbitrarios interrumpiendo su proyecto de vida”, denunciaron.
En su intervención Cobo resaltó la importancia de la acogida y la humanidad en tiempos de tensiones globales y crisis migratorias. “Sois todos bienvenidos un año más”. El cardenal subrayó que Dios está presente, especialmente con aquellos que más sufren, e hizo una llamada a no polarizar ni dividir: “No se trata de tensionar, sino de vigilar y mirar humanamente”.
El cardenal advirtió que la lógica de “primero nosotros y después ellos” deshumaniza y priva a las personas de la capacidad de empatizar con los que tienen más dificultades. “Nos quita la posibilidad de ser mejores personas”, dijo.
RECHAZO
El arzobispo criticó el modelo actual de los CIE como un mensaje disuasorio que transmite rechazo y exclusión: “Este no es un modelo de regularización […] vivimos en un mundo globalizado donde aceptamos la globalización del mercado y la riqueza, pero no la globalización de la responsabilidad”, señaló Cobo.
Según destacó el arzobispado, unas 2.000 personas padecen la privación de la libertad en estos centros, a los que se suman las miles de detenciones en comisarias, aeropuertos y otros lugares. “Un sufrimiento que permanece oculto y silenciado al resto de la sociedad”, subrayaron los convocantes.
Este sufrimiento en los CIE se traduce en privación de libertad para menores, enfermos, personas con hijos menores a cargo, solicitantes de asilo y otras personas vulnerables que “se ven sometidas a un régimen de internamiento que no cumple las mínimas garantías”. No tienen acceso suficiente a la justicia y defensa, comunicación con el exterior, todo ello en contextos, en ocasiones, cargados de tensión y violencia, aseguraron.
En este contexto la Iglesia en Madrid pide el cierre de estos lugares y alternativas al internamiento que no pasen por la privación de libertad. Asegura que se puede reinvertir el gasto empleado en estos centros, que define como “carcelarios”, para encontrar una gestión distinta del fenómeno migratorio que no vulnere los derechos humanos en línea con la propuesta de Francisco de asegurar rutas seguras.
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