BILBAO, 3 (EUROPA PRESS)
La asociación Basque Food Cluster, que agrupa y representa a las empresas y entidades de la cadena alimentaria vasca, ha conseguido la aprobación de dos Proyectos Tractores Transversales Colaborativos de Investigación y Desarrollo, enmarcados dentro del Plan de Ciencia, Tecnología e Innovación (PCTI) Euskadi 2030.
El proyecto Foodateus tiene como objetivo “facilitar la implantación de las mejores técnicas disponibles para avanzar en la descarbonización de la cadena alimentaria vasca a partir de análisis de ciclos de vida que incorporen datos locales”, mientras Foodicine “aspira a adquirir el conocimiento necesario para desarrollar alimentos y estrategias nutricionales que ayuden a la prevención de enfermedades favoreciendo la longevidad en condiciones de calidad e independencia”.
Ambos proyectos, que serán financiados por el programa de ayudas al diseño de Proyectos Tractores Trasversales Colaborativos de I+D, “forman parte de la apuesta del Gobierno Vasco por impulsar la investigación e innovación a través del PCTI 2030, una estrategia que busca una Euskadi más digital, verde e inclusiva, a través de una triple transición: tecnológica-digital, energético- climática, y social-sanitaria”.
Además, los resultados de Foodateus y Foodicine se integrarán con otros proyectos centrados en la sostenibilidad de envases (Safepack) y la prevención de accidentes cardiovasculares (Precervas), “buscando así ampliar el impacto de estas investigaciones”.
El centro de investigación Azti, el Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario Neiker y el Grupo Eroski se han unido para desarrollar el proyecto Foodateus. Su objetivo es investigar “para ayudar a la cadena de valor alimentaria de Euskadi hacia la implementación de las mejores técnicas disponibles para avanzar en la descarbonización”.
Estas técnicas se basan, fundamentalmente, en la realización de análisis del ciclo de vida “utilizando datos más fiables de origen local”. Para ello, el consorcio se plantea “un estudio profundo de la cadena de valor alimentaria a nivel de eslabones, sectores y subsectores, ahondando en las prácticas de producción, flujos de aprovisionamiento, envasado y consumo, de cara a entender el origen de los principales impactos”.
Con esta información como punto de partida, se realizará “un diagnóstico de las problemáticas asociadas a la medición y la reducción del impacto ambiental”, a través del que se pretende “detectar los puntos críticos del proceso”. El proyecto aspira a “mejorar la obtención de los datos de inventario, la extrapolación de estos mediante algoritmos, y la aplicación de metodologías de cálculo de impacto ambiental, entre otras”.
“Con todo ello, se espera tener mejores mediciones y, por lo tanto, poder generar hojas de rutas más certeras que contribuyan a la mejora continua en términos de sostenibilidad de la cadena alimentaria”, según sus impulsores.
Foodateus se integrará con el proyecto Safepack, en el participan el MIK de Mondragon Unibertsitatea, Tekniker, Gaiker y Grupo Eroski. El objetivo principal de este proyecto consiste en el desarrollo de envases circulares, “con el objetivo de cerrar su ciclo de vida hasta alcanzar el residuo cero”.
Mientras, en Foodicine colaboran el centro de investigación aplicada y desarrollo tecnológico Tecnalia y el instituto de investigación sanitaria Bioaraba. El proyecto está orientado a “adquirir el conocimiento necesario para poner en marcha iniciativas desde las que desarrollar productos y procesos que permitan obtener alimentos adaptados a las diferentes etapas de la vida”.
El objetivo final es el de “garantizar una alimentación de calidad que contribuya a lograr el envejecimiento saludable y la reducción del gasto social”. De esta forma, se pretende “recuperar toda la investigación generada en el tiempo, y ponerla a disposición de la innovación alimentaria” para integrarla en el desarrollo de productos y estrategias nutricionales “y mejorar la calidad de vida de la sociedad”.
Para ello, se aspira a involucrar a un número representativo de agentes de la cadena alimentaria. Las conclusiones de Foodicine se integrarán junto con el proyecto Precervas (Prevención de accidentes cardio y cerebrovasculares para envejecimiento saludable), liderado por el CIC biomaGUNE y en el que participan los Institutos Sanitarios Biogipuzkoa y Biobizkaia, Vicomtech, Tecnalia, BCBL, Asparia Glycomics SL, Ammma, Aubixa Fundazioa y los centros formativos Universidad de Deusto y Mondragon Goi Eskola Politeknikoa.
Basque Food Cluster es la asociación referente de la cadena alimentaria de Euskadi, y su objetivo es “potenciar la competitividad de las empresas” que la integran. En la actualidad, está formada por 151 empresas “que cooperan para afrontar conjuntamente el reto de impulsar una alimentación más saludable y sostenible”.
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