ZARAGOZA, 2 (EUROPA PRESS)
CEPYME Aragón ha reconocido el descenso del paro en la industria el pasado mes de septiembre, pero ha pedido precaución para el último trimestre del año e insiste en la importancia de apostar por una economía industrializada para conseguir estabilidad.
El paro registrado en Aragón en el mes de septiembre ha bajado en 185 personas respecto al mes de agosto, lo que supone una caída del 0,36%. Así, la cifra total de desempleados en la Comunidad es de 50.923.
Por provincias, Zaragoza ha registrado la única bajada con un 1,05% de variación mensual, que se traduce en 423 personas menos; por el contrario, Huesca y Teruel han registrado subidas, un 2,64% en el caso de la provincia oscense que se traduce en 179 desempleados más, y un 1,44% en la provincia turolense, que supone 59 personas desempleadas más.
Por otro lado, en cifras interanuales y respecto al mismo mes de 2023 el paro ha descendido un 2,42%, que se traduce en 1.262 personas desempleadas menos que hace un año. Recordamos que las personas que han perdido su empleo no son contabilizadas como parados, sino como inactivos, así como que las personas demandantes de empleo con contratos fijos discontinuos tampoco no computan en el paro.
EMPLEO ESTABLE
La presidenta de CEPYME Aragón, María Jesús Lorente, ha señalado que “una bajada del paro siempre es buena noticia, pero el descenso ha sido muy ligero y, además, protagonizado únicamente por Zaragoza y el sector servicios”. Por otro lado, ha considerado que la “pequeña caída” del desempleo en la industria es “algo muy positivo para Aragón porque una base industrial sólida ayuda a mantener niveles de empleo más estables”.
CEPYME Aragón ha recalcado que el 99,9% del tejido empresarial aragonés está formado por PYMES y autónomos de los que el 95,43% son empresas con menos de 10 trabajadores. Asimismo, son las PYMES y los autónomos los que crean 7 de cada 10 empleos generados en la comunidad autónoma.
“Debemos ser cautos. Entramos en el último trimestre del año y las empresas, especialmente las pequeñas y medianas empresas, se enfrentan a diversos retos”, ha observado Lorente.
“La incertidumbre política, los altos niveles de deuda pública y las tensiones en los mercados globales podrían impactar negativamente en el crecimiento. Además, la necesidad de reformas estructurales en áreas como el sistema de pensiones sigue siendo una preocupación”, ha concluido.
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