MADRID, 1 (EUROPA PRESS)
Un total de cinco organizaciones ambientales y de pesca han destacado Fresco y del Mar (en Muros, Galicia) y Empesca’t (en L’Estartit y La Escala, Gerona) como ejemplos viables de pesca artesanal que contribuyen al desarrollo local y a la transición ecológica, junto a otros diez modelos de negocio “replicables” que podrían impulsar “el cambio necesario” en la industria pesquera hacia la transición verde de la Unión Europea (UE).
En el informe ‘Pesca para una nueva era’ –llevado a cabo por Seas At Risk, Low Impact Fishers of Europe, Ecologistas en Acción, Sciaena y BUND– han instado a la Comisión Europea y a los Estados miembro a promover empresas pesqueras innovadoras, ecológicas, a pequeña escala y de bajo impacto como clave para mantener los medios de subsistencia de las comunidades costeras al tiempo que se fomenta un océano saludable. Según las organizaciones ecologistas, los doce modelos de negocios de los que habla la investigación han tenido éxito para abordar problemas como la pérdida de biodiversidad, el cambio climático y las luchas socioeconómicas de las comunidades costeras.
En el caso concreto de Fresco y del Mar, explican que esta pescadería ‘online’ pone en contacto directo a pescadores de entre 20 y 30 embarcaciones artesanales y mariscadoras con los consumidores. Mientras, señalan que son los propios pescadores compran el pescado en la empresa Empesca’t, asegurando precios fijos, que después venden a restaurantes locales. Además, recalcan que este negocio colabora en un proyecto de restauración de la sepia junto con un científico local.
A partir de los datos del informe, las ONG se suman a los grupos pesqueros abordados en el estudio para instar a los responsables políticos a actuar y subrayan la necesidad de un planteamiento regulador equilibrado que reconozca las contribuciones únicas de la pesca a pequeña escala y de bajo impacto. En este marco, recomiendan que la pesca a pequeña escala tenga acceso prioritario a las cuotas; que se aplique un sistemas de etiquetado que reconozcan el valor de este tipo de pesca; y que se aumente el apoyo financiero y administrativo para garantizar a estos negocios.
Por su parte, Ecologistas de Acción ha enfatizado que uno de los grandes retos a los que la sociedad se enfrenta es el alto precio de los productos frescos de pesquerías a pequeña escala y de bajo impacto. En este sentido, la portavoz de la organización, Cecilia del Castillo Moro, ha propuesto que las Administraciones públicas, así como colegios u hospitales empiecen a “apostar” por etiquetas de pesca artesanal para “garantizar pescado de la mayor calidad para su población y no solo limitar su consumo a grandes restaurantes”.
“Es esperanzador que existan estas experiencias en pueblos como L’Estartit, que han sido transformados por el turismo poco a poco y han ido perdiendo su identidad de pueblos pesqueros. Estos pescadores aportan una visión ecológica de la pesca y, además, podrían ejercer una importante labor social vendiendo el pescado fresco y de alta calidad a su vecindario, ya que apenas quedan pescaderías, contribuyendo así a la soberanía alimentaria”, ha añadido Del Castillo Moro.
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