MADRID, 01 (SERVIMEDIA)
Solo el 5,6% de los adultos que podrían beneficiarse de un implante coclear accede realmente a la prestación y apenas el 10% recibe información sobre la existencia de este mecanismo que ayuda a escuchar a personas con discapacidad auditiva.
Así lo declaró este martes Joan Zamora en nombre de la Federación AICE (Asociaciones de Implantados Cocleares de España) durante la presentación en el Congreso de los Diputados de la plataforma ‘Ser Oído’, que esta federación impulsa con el apoyo de GAES.
Más de 2.500 firmantes y 79 entidades, entre las que se encuentran las principales asociaciones de pacientes, profesionales y sociedades médicas y científicas, apoyan esta iniciativa, que busca impulsar el acceso al implante coclear de las personas mayores con pérdida auditiva profunda.
El acto fue conducido por la periodista Ana Blanco, quien resaltó que en España hay 1.230.000 personas con una pérdida auditiva de distinto tipo y grado. De estas, más de 200.000 la padecen en grado profundo, según el INE. En personas mayores, esta situación “predispone a una muy pobre comunicación, una menor actividad cognitiva y una mayor incidencia de demencia”, explicó. Además, por cada 10 decibelios, de pérdida auditiva, el riesgo de aislamiento social aumenta en un 52%.
SENSIBILIZAR E INFORMAR
Durante el encuentro, se celebró una mesa redonda en la que intervinieron Serafín Sánchez, vicepresidente de la Sociedad Española de Otorrinolaringología; Carlos Cenjor, otorrinolaringólogo y presidente del comité científico de GAES; e Inmaculada Soto, presidenta de la Federación AICE.
Los tres confirmaron el “muy limitado” acceso a los implantes cocleares por parte de adultos mayores (en torno al 5,6%), que achacaron al “estigma, al desconocimiento y a la falta de recursos”.
Sánchez subrayó que, “hasta ahora, hemos centrado nuestros esfuerzos en la detección (de la hipoacusia) en los niños”, pero apenas se a atendido a la población mayor. Agregó que el aumento de la esperanza de vida “en la población española ha provocado un aumento de este tipo de patologías en la población mayor, donde “hay muchas personas con buena salud que empiezan a perder audición”.
Para ellas, el implante coclear puede ser muy beneficioso, pero “el primer obstáculo es la falta de información y de sensibilización. Recalcó que “tenemos que empezar por informar a los médicos de familia de la utilidad” de estos dispositivos en personas mayores, a fin de que ellos los recomienden a sus pacientes.
Del mismo modo, “convendría que los otorrinolaringólogos y otros especialistas indicasen su uso en casos de gente mayor”.
A juicio de Cenjor, se necesitan más campañas de sensibilización, para que la población y los profesionales conozcan que los implantes cocleares “resultan muy efectivos en personas mayores, que funcionan muchos años y que consiguen una mejora muy significativa en su calidad de vida”.
“Además, están incluidos en la cartera de servicios” del Sistema Nacional de Salud “y conviven perfectamente con otras ayudas técnicas”.
Cenjor puso el ejemplo de su madre, que gracias a un implante coclear “volvió a conducir, a socializar, a disfrutar de las reuniones y vive de forma independiente con 80 años”.
Por su parte, Inmaculada Soto llamó a luchar contra los prejuicios y el estigma que rodean la audición en la tercera edad. “Tenemos que dejar de pensar que los implantes cocleares son solo para niños”, propuso, y no asumir que “cuando una persona mayor empieza a oír mal, es cosa de la edad”.
Soto también subrayó “el desconocimiento que existe a nivel general sobre el tema” y “el “estigma” que lo rodea. “Nadie tiene problemas en llevar gafas”, reflexionó, pero “hay mucha reticencia a admitir la pérdida auditiva”. “Hay mucho miedo al diagnóstico y a la operación”.
DETECCIÓN PRECOZ
En el acto, intervino mediante vídeo la responsable de audición de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la doctora Shelly Chadha. La experta abogó por que los estados realicen revisiones audiológicas a partir de los 55 años a toda la población y que implanten “estrategias de salud auditiva, basadas en la prevención, el diagnóstico precoz y la atención integral”.
Según sus estimaciones, el 60% de la población empieza a experimentar pérdidas de audición a partir de los 65 años de edad. Este déficit “está muy vinculado al deterioro cognitivo, al surgimiento de problemas psiquiátricos como la depresión y a la aparición de demencias precoces”.
Por eso, el primer paso consiste en detectar porque “con tecnologías, rehabilitación y seguimiento, los problemas auditivos se pueden tratar y frenar su evolución”.
En esta línea, Serafín Sánchez pidió que los cribados para detectar problemas auditivos se extiendan a la población adulta y reclamó incluir este punto de forma expresa en la orden ministerial que los regula para los niños.
“Desde luego que hay listas de espera”, declaró, pero “el principal problema lo tenemos con toda esa gente que ni llega a solicitarlo”.
Solicitó también más recursos, ya que “los hospitales disponen de un presupuesto limitado para implantes y, cuando se acaba, empiezan a priorizar en función de la edad y de otras circunstancias”.
DEMANDAS
Para concluir, Zamora desgranó las cinco peticiones recogidas en la plataforma: más formación y sensibilización, con campañas institucionales dirigidas a la población y a los profesionales; mejorar la recogida de datos, “pues solo con estadísticas fiables se pueden planificar buenas políticas públicas”; garantizar una atención integral, que además de los implantes asegure servicios de rehabilitación y seguimiento; aumentar la investigación pública, dirigida al ámbito sociológico y no tanto al desarrollo de nuevas tecnologías, y procurar un acceso equitativo a estas prestaciones, igual en todas las comunidades autónomas y hospitales.
Zamora valoró el impacto que un implante coclear tiene a la hora de prevenir situaciones de dependencia y el ingreso de las personas mayores en residencias. “Por cada euro invertido en esta tecnología, se pueden recuperar hasta nueve, sostuvo. “Lo que queremos con esto no es solo sumarle años a la vida, sino sumar vida a los años”.
El acto fue clausurado por Carmen Navarro, secretaria cuarta de la Mesa del Congreso de los Diputados y vocal en la Comisión de Sanidad, que resaltó la obligación de “escuchar a la sociedad que tenemos los legisladores”. “Estáis en la agenda, y eso es lo importante”, declaró.
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