MADRID, 29 (SERVIMEDIA)
Artistas contemporáneos como Wences Lamas y Berta López Carballo, que forman parte del elenco de autores de la IX Bienal de Arte Contemporáneo de Fundación ONCE, defienden que el arte es una herramienta “para sanar” y poder superar enfermedades mentales. “El arte me sanó durante toda la vida”, señaló Lamas desde su propia experiencia personal.
Así lo declaró a Servimedia durante una entrevista en la que también describió que busca “trabajar con problemas del alma” a través del arte y sus obras.
Lamas estuvo desde 2006 y durante un año ingresado en psiquiátricos debido a una enfermedad mental. Esta experiencia no solo le inspiró para plasmar la importancia de la salud mental en sus obras, sino que también le impulsó a desarrollar su inquietud artística, “que tenía desde niño”.
Además, el artista demandó mejoras en la atención que se les presta a las personas ingresadas en los centros de salud mental en los que él estuvo porque vio a personas “brillantes” que estaban “castradas químicamente”, a quienes habían convencido de que eran “malvados” y que “no podían formar parte de la sociedad”.
En consecuencia, Lamas sintió una “sensación de revancha” y quiso exprimir la “necesidad” de hablar sobre salud mental, en este caso, mediante el arte. Así pues, desde hace 15 años se está formando académicamente sobre las “arteterapias”, cómo el arte afecta a las emociones y cómo poder expresar su historia.
Él es autor de tres obras que están expuestas de forma consecutiva en la muestra de Fundación ONCE en el espacio CentroCentro de Madrid. Todas juntas representan un cómic. Sus trabajos describen las vivencias con la salud mental en diferentes momentos de su vida porque le gusta contar su historia e ir “viéndola” cada vez desde diferentes perspectivas, pero siempre “desde el presente”.
“ARMA DE DEFENSA”
Además de historias de vida, el arte también representa los estados de ánimo de los artistas, buenos y malos. Es el caso de Jai Rius Pascual, autor de dos obras de la muestra de Fundación ONCE y quien también defiende el arte como “arma de defensa para sobrevivir” ante contextos complicados.
Según explicó a Servimedia, sus trabajos expuestos están realizados en momentos de su vida en los que “resurgió” de situaciones difíciles y reflejan emociones como la euforia, el estado de tranquilidad y la alegría. Por ello, él denomina a una de estas obras como “la cabecita loca”.
Sus proyectos están hechos con pixeles, es decir, una multitud de pastillas de diferentes colores que recubren la obra entera, lo cual él valoró como una de las partes más “relevantes” de su labor, principalmente, porque la que más tempo y técnica requirió.
Al igual que Lamas, este autor se formó académicamente en arte en diferentes escuelas para explorar sus inquietudes personales, expresar sus vivencias y comprender mejor cómo están conectadas las emociones con el arte en todas sus formas.
DISCAPACIDAD Y TABÚES
No solamente el poder “sanador” del arte y una reflexión sobre la salud mental se reflejan en la bienal, sino que también se visibiliza y se fomenta el empleo de las personas con discapacidad.
Según aseguró en una entrevista en Servimedia la comisaria de la exposición, Mercè Luz Arqué, el 54% de los autores de los trabajos expuestos tienen algún tipo de discapacidad. De este modo, queda patente que el arte también es un “buen comunicador”, demostrando lo que las personas con discapacidad son “capaces de hacer” y cómo una muestra “puede ser accesible”.
Sobre la accesibilidad, Luz Arqué subrayó que en el recorrido de la muestra hay audiodescripción, lengua de signos, lectura fácil y subtítulos.
Por su parte, López Carballo aborda en sus obras un tabú social: el suicidio. Eso de lo que a casi nadie le gusta conversar, pero que es la “mayor causa de muerte externa entre los 12 y 19 años”, aseguró la artista en una entrevista en Servimedia.
Por esto, sostiene que es un tema del que “hay que hablar y no invisibilizarlo”. En sus trabajos para la bienal bordó el número ‘024’, en referencia a la línea de atención a la conducta suicida.
Los artistas conectan sus emociones con sus obras, pero también buscan la conexión con el público. Con el arte se puede “hablar de lo que más sabe cada uno”, así como estrechar un vínculo con quienes “les pasa lo mismo que a ti”.
Las personas con discapacidad continúan abriéndose camino y siendo más visibles también en el mundo artístico y López Carballo concluyó refrendando que el público cada vez “reacciona mejor” al ver obras realizadas por personas con discapacidad.
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