MADRID, 29 (SERVIMEDIA)
‘La herida se ilumina’ (del sello editorial Mensajero) trata de ser una guía de “acompañamiento eclesial a personas divorciadas” a través de los testimonios de quienes han pasado por ese “duelo” y de quienes las han ayudado a superarlo.
Así lo explicó a Servimedia su autora, la periodista Elena Rodríguez-Avial, que comenzó a escribir estas páginas “a nivel terapéutico” tras romper con su pareja. El libro es fruto de tomar café “con creyentes sanados”, a quienes pedía permiso para hacerles una entrevista, su género periodístico preferido. Como aquellos testimonios la ayudaron (también los de sacerdotes que hacen de “acompañantes” a divorciados para vivir su fe) ahora los ofrece a otras personas que pasan por una situación así.
“Es como si se te muere alguien, aunque depende de las circunstancias, pues quienes lo narran como si su sentido de la vida era la familia cristiana modélica tienen que reformular su vocación. Es un duelo en toda regla, pero la sociedad no lo ve. La sociedad ve más el fracaso”, reconoció.
Para Rodríguez-Avial recuperarse de un divorcio es un proceso largo, que conlleva dolores físicos, anímicos y espirituales, y que supone superar el modelo de las “cuatro estaciones”. Según explicó, el invierno “es el momento de sacar todo el dolor”; en el otoño llega “el perdón”; en el verano es el momento de que el divorciado se incorpore “a una comunidad espiritual”, y en primavera “volver a nacer tras hacer unos ejercicios espirituales”. “Pero el duelo dura más que las cuatro estaciones”, avisó, en referencia a la temporalidad literal del concepto.
En ese camino que sigue un modelo desarrollado por laicos de inspiración ignaciana (Jesuitas), “hay gente que se redescubre a uno mismo, aprende a cuidarse y a dedicarse más tiempo”. “Muchas veces en el matrimonio las personalidades quedan escondidas”, argumentó.
COSAS BUENAS DE UN DIVORCIO
Sin embargo, los testimonios que la periodista ha recogido muestran que los divorciados católicos “han crecido personal y espiritualmente”. “Es bueno que la Iglesia se lo plantee: pueden salir cosas buenas a nivel espiritual después de un divorcio”.
De hecho, subrayó a Servimedia, que ha conocido el caso de sacerdotes acompañantes que han cambiado su perspectiva cuando han vivido el divorcio de un familiar cercano. Y en todo ello, añadió la periodista, el papel de la comunidad eclesial “es fundamental”.
Por eso, brinda este libro como “servicio a la Iglesia”, “no sólo para sensibilizar a sacerdotes, sino también a los laicos”. “Que se hable del tema y que, sobre todo, se acompañe más a las personas creyentes en situación de divorcio. Hay gente que lo necesita”, pidió, a la par que lamentó que algunas “se autocensuran o no comulgan” tras romper con su pareja, o que hay comunidades o realidades eclesiales “más normativas” que se lo ponen difícil a los creyentes divorciados y les hacen sentirse “etiquetados”.
En ‘La herida se ilumina’, prologado por la religiosa María Luisa Berzosa, se analiza el camino de duelo y sanación que atraviesa una persona divorciada y los matices que conlleva si es un creyente que se casó por la Iglesia con convicción. A lo largo de sus páginas se ofrecen distintos puntos de vista sobre temas que afectan a esta realidad como son, entre otros, la esperanza cristiana, los hijos, el perdón, la acogida eclesial, la nulidad, la inexistencia de un rito de cierre o la importancia de los acompañantes.
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