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La Fiscalía sostiene la petición de 29 años de prisión para el acusado de asesinar a su pareja y esconder su cuerpo en el Guadalquivir

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El Ministerio Público asegura que cometió el crimen “a traición y con alevosía”

SEVILLA, 25 (EUROPA PRESS)

La Audiencia de Sevilla ha finalizado este miércoles el juicio con jurado popular promovido contra Alfredo G.C., el varón de nacionalidad boliviana acusado de asesinar en 2022 a su pareja sentimental, tras lo cual ocultó el cadáver entre unos juncos en el tramo del río Guadalquivir correspondiente al barrio de San Jerónimo; crimen que el inculpado ha reconocido con la puntualización de que actuaba bajo los efectos del alcohol y movido por la “rabia” de los celos, con lo que según su alegato no era su intención matarla.

Esta última sesión del juicio ha estado dedicada a las conclusiones y los informes finales de las partes, que son la Fiscalía, la defensa del acusado, la acusación particular ejercida por la familia de la víctima y la Junta de Andalucía.

En ese sentido, la fiscal del caso ha introducido unas leves modificaciones en su escrito de acusación, manteniendo eso sí las penas reclamadas para el inculpado, en concreto 25 años de prisión por un delito de asesinato con las agravantes de parentesco y de género; tres años de cárcel por un delito continuado de estafa y un año más de prisión por un delito de lesiones en el ámbito de la violencia sobre la mujer con la agravante de reincidencia.

La defensa, de su lado, ha elevado a definitivas sus conclusiones, con las que libre absolución del inculpado por las eximente de arrebato pasional e intoxicación etílica o, subsidiariamente, la pena mínima por un delito de homicidio con las dos circunstancias ya señaladas aplicadas como atenuantes.

Alfredo G.C. ha hecho finalmente uso a su derecho a la última palabra, para manifestar como ya hiciera en su comparecencia en el juicio que siente “mucho” los hechos cometidos, pidiendo de nuevo “perdón a la familia” de la víctima.

A la hora de declarar, Alfredo G.C., de nacionalidad boliviana al igual que la fallecida, sólo accedió a responder a las preguntas de su abogada defensora, no así a las acusaciones.

En su comparecencia reconocía que en 2020 fue condenado a 16 meses de prohibición de comunicación y aproximación a la víctima por un delito de lesiones en el ámbito de la violencia de género, prohibición que finalizó el día 23 de diciembre de 2021; tras lo cual ambos retomaron la relación, según señalaba, asegurando que fue ella quien voluntariamente le proporcionó la clave de su tarjeta bancaria porque los dos compartían esa cuenta inscrita a nombre de ella.

En cuanto a la jornada de actos, Alfredo G.C. explicaba que todo sucedió en el piso de la calle Ágata alquilado a su nombre y donde convivía con la víctima, vivienda a la que acudieron tres amigos de ambos, en concreto un matrimonio y un varón más, llegando a comprar entre todos hasta 30 litronas de cerveza en una reunión en la que pusieron música y bailaron, según su relato.

UNA DISCUSIÓN Y MÁS CERVEZA

En este contexto, según su relato, se percató de que su pareja presentaba marcas en el cuello fruto de succión, que resultaban ser obra de otro varón, ante lo cual se suscitó una “discusión” entre ambos y tras mediar las restantes personas que estaban en la vivienda, él abandonó la misma y se fue “a la calle”, donde junto con un amigo bebió “cinco jarras” más de cerveza.

Alfredo G.C. señalaba así que en aquellos momentos estaba no sólo “ebrio y borracho”, sino además “nervioso y con mucha rabia” por los celos al conocer que su pareja se veía con otro, contando cómo finalmente regresó a la vivienda, donde su pareja y los demás amigos continuaban con la celebración. Fue entonces, según su relato, cuando ella entró en el dormitorio para “cambiarse de ropa” y él entró a continuación.

De lo que sucedió después aseguraba que no recuerda nada, como consecuencia de la ingesta de alcohol. “No me acuerdo de lo que pasó”, alegaba, mientras según la Fiscalía, el acusado abordó a la mujer cuando la misma estaba en la cama, la inmovilizó “al aplastarle pecho y tórax con el peso de su propio cuerpo, al tiempo que le sujetaba fuertemente el cuello y le taponaba las vías respiratorias”, extrangulándola hasta darle muerte.

ARREPENTIMIENTO Y PERDÓN

Al punto, el acusado manifestaba que “nunca” quiso matar a su pareja, que la quería “mucho” y que se arrepiente de lo acontecido, tras lo cual pidió perdón a la familia de la víctima.

Según sus palabras, en aquel momento pensó que la víctima había caído “dormida” y fue la mañana siguiente cuando comprendió que estaba muerta, ante lo cual sintió “mucho miedo” y se puso aún más “nervioso”, lo que le llevó según sus palabras a “envolver el cuerpo en una sábana” y deshacerse de él arrojándolo entre unos juncos del tramo del Guadalquivir correspondiente a San Jerónimo.

Según la Fiscalía, el acusado se hizo además con la tarjeta bancaria de la víctima, apoderándose de un total de 8.140 euros de la cuenta de su pareja en diferentes operaciones a lo largo de varias semanas.

La fiscal del caso ha mantenido así su petición de un total de 29 años de prisión para Alfredo G.C., atribuyéndole un “asesinato con alevosía y a traición”, negando que actuase bajo los efectos del alcohol porque ya tenía el “hábito de beber todos los días” y porque durante la jornada “se quedó dormido y pudo reponerse”.


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