LAS PALMAS DE GRAN CANARIA, 20 (EUROPA PRESS)
El Alto Representante y vicepresidente de la Comisión Europea (CE), Josep Borrell, ha alertado este viernes de que la migración es “un arma” que usa “la industria geopolítica” para presionar las fronteras.
En concreto, Borrell ha resaltado que el mundo actual está “lleno de conflictos, de desastres humanitarios” y “hoy todo es un arma, las migraciones son un arma” pero “no del pobre desesperado que intenta llegar como puede” a las costas europeas, sino de la “industria geopolítica que moviliza la desesperación de gente para convertirla en una presión” sobre las fronteras.
En este contexto, ha señalado la necesidad de que desde las instituciones y la sociedad se tome conciencia de la relevancia de la industria de la defensa ante las nuevas formas que hay de hacer la guerra en el actual contexto geopolítico donde resaltó la importancia de lo digital.
En una mesa de diálogo sobre Defensa y Seguridad en el marco de la Cumbre Cotec Europa, que se celebra en Las Palmas de Gran Canaria, Borrell ha mantenido una conversación con la presidenta de la Fundación Cotec, Cristina Garmendia, sobre la posición de Europa en el ámbito de la defensa y la seguridad.
Previamente ambos han tenido palabras de solidaridad con Portugal, que junto a Italia también participa en esta cumbre, por el día de luto que celebra este viernes por las víctimas de los incendios que está sufriendo actualmente.
Así Borrell admitió que el “verdadero despertador” en Europa sonó cuando se produjo el ataque a Ucrania, sin embargo consideró que “todavía no” se ha tomado “suficiente conciencia” del entorno geopolítico en el que se vive, que “se vuelve muy amenazador”.
En este sentido, citó la guerra contra Ucrania, que “afecta” a la seguridad, lo que ocurre en Oriente Medio, que “afecta también a la estabilidad” y a las potencias europeas, o las guerras en el sur de África, de las que “no” se habla pero que “detrás de estas guerras están las oleadas migratorias que tanto preocupan”.
“Vivimos en un mundo duro, conflictivo”, cada vez con “menos relaciones entre ellos, por tanto, más desorden, más conflicto”, apuntilló para agregar que los europeos “nunca” se habían planteado ser una potencia capaz de influir en el mundo con otros instrumentos que no fueran el comercio o el Estado de Derecho.
A ello sumó el “silencioso proceso de desarme y de disminución” de las capacidades industriales en materia de defensa que se ha producido en Europa, si bien matizó que aunque se ha aumentado la producción “muchísimo”, se está “lejos de ser capaces de reponer el stock” de los ejércitos de la Unión Europea (UE).
LAS NUEVAS FORMAS DE HACER LA GUERRA “OBLIGAN A ACELERAR”
Actualmente todo lo digital “está marcando la guerra”, y a modo de ejemplo citó que en Ucrania pueden “tumbar a un tanque que cuesta 150 millones de euros con un dron que cuesta 500 euros”, de ahí que puntualizó que ese “equilibrio tecnológico y económico y las nuevas formas de hacer la guerra, obligan a acelerar”.
En relación con ello, señaló que la Unión Europea fomenta la investigación básica y ayuda a más de 400 start-ups a generar proyectos innovadores, sin embargo en la comparativa con Estados Unidos apuntó que “gana en research y development para fines militares 10 veces más” que la comunidad europea, y China “bastante más” también.
Por ello, consideró necesario que estados, gobiernos, ciudadanos, entiendan que invertir en defensa y seguridad “no es un capricho, ni es tirar el dinero, sino simplemente hacer frente a una necesidad incómoda” porque citó que el “80 por ciento de la comunicación que utiliza o envía un ejército le viene de un satélite”.
En este sentido, admitió que la “vulnerabilidad tecnológica es muy grande” en Europa, subrayando la importancia de tener “más soberanía tecnológica, producir en casa” porque en materia de defensa matizó que “no” se está “tan mal” –de 15 empresas, cuatro son europeas–, “otra cosa es la alta tecnología digital, ahí no” está Europa.
Para Borrell estas carencias se deben principalmente porque los problemas de seguridad y defensa “no se perciben como una amenaza y por eso no se actúa”, sin embargo consideró que los dirigentes deberían anticiparse a la crisis porque aunque la Unión Europea se concibió como un proyecto de paz entre los europeos y “dejó de lado el propio concepto de poder”, el mundo cambia y en los “últimos cinco años ha cambiado desgraciadamente mucho y para mal”.
Finalmente indicó que Europa, a diferencia de otras potencias como Estados Unidos o China, está más fragmentada en el ámbito de defensa y seguridad porque la integran 27 países, de ahí que entiende que “más integración política, resolvería la fragmentación”, y defendió que son los estados miembros los que tienen que “ser geopolítico” porque la Comisión Europea es un órgano ejecutivo, mientras que la prioridad política la ejercen los miembros del Consejo Europeo.
De todos modos, Borrell concluyó su intervención apuntando que si no estuviera la UE, se estaría “infinitamente peor” porque se tendría “mucha menos capacidad” de actuar en dichas materias.
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