El principal objetivo del ataque era Ibrahim Akil, un alto cargo de Hezbolá
MADRID, 20 (EUROPA PRESS)
Al menos catorce personas han muerto y otras 66 han resultado heridas en el sur de Beirut en lo que el Ejército israelí ha descrito como un “bombardeo selectivo”, según un balance preliminar de víctimas confirmado por el Ministerio de Sanidad libanés, en medio del repunte de los enfrentamientos con el partido-milicia chií Hezbolá y ante el temor de expansión del conflicto en Oriente Próximo.
“Las Fuerzas de Defensa de Israel han llevado a cabo un ataque selectivo en Beirut”, ha dicho el Ejército en un breve mensaje en su cuenta en la red social X, en el que ha agregado que “por ahora no hay cambios a las instrucciones en el frente interno”.
Según las informaciones recogidas por la agencia estatal libanesa de noticias, NNA, el bombardeo ha alcanzado un edificio de apartamentos en el área de Dahieh –situada en el sur de Beirut y de mayoría chií, con gran influencia de Hezbolá–. Las fuerzas israelíes habrían disparado cuatro misiles.
El Ministerio de Sanidad ha advertido en su balance de que, de los 66 heridos, al menos nueve se encuentran en estado crítico, por lo que no han advertido de que “este número de víctimas podría aumentar aún más” en las próximas horas.
El primer ministro interino de Líbano, Nayib Mikati, ha convocado una reunión de urgencia para analizar lo ocurrido, si bien ya ha cargado contra Israel, país al que ha acusado de no tener “ningún tipo de consideración humanitaria, jurídica y moral” a la hora de perpetrar sus operaciones militares. Por ello, ha instado a la comunidad internacional a posicionarse de forma “clara”.
Por su parte, la Defensa Civil libanesa ha alertado de que al menos dos edificios residenciales en el barrio de Al Jamús, en el sur de Beirut, he han derrumbado como resultado del bombardeo israelí.
OBJETIVO: IBRAHIM AKIL
Horas después del ataque, el Ejército de Israel finalmente se ha pronunciado en torno a quién era el objetivo de su ataque. Se trata de Ibrahim Akil, sobre el que pesaba una recompensa de siete millones de dólares (cerca de 6,3 millones de euros) por parte de Estados Unidos.
Akil, alias ‘Tahsin’, era un miembro del Consejo de la Yihad de Hezbolá, el principal organismo militar del grupo. El hombre fue parte de la Organización de la Yihad Islámica, que reivindicó los atentados contra la Embajada de Estados Unidos en Beirut en 1983 y una toma de rehenes en esa misma década.
Una vez que Israel ha confirmado la muerte de Akil, Hezbolá se ha pronunciado también para informar de la muerte de dos de sus miembros. La milicia libanesa ha confirmado que ambos han fallecido en el sur del país, aunque no han brindado más detalles sobre la ubicación, fecha ni causas de su muerte.
El ataque es el primero que ejecuta Israel contra Beirut desde el 30 de julio, cuando mató a un destacado comandante de Hezbolá identificado como Fuad Sukur –suceso que se saldó también con la muerte de un asesor iraní y cinco civiles, incluidos dos niños–, un día antes del asesinato en la capital de Irán, Teherán, del líder del brazo político del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), Ismail Haniye, suceso achacado a las autoridades israelíes.
El bombardeo llega además en medio del drástico repunte de las tensiones tras dos días de explosiones coordinadas de dispositivos de comunicaciones del grupo –el 17 y el 18 de septiembre–, ataques achacados a Israel y que han dejado cerca de 40 muertos y unos 3.000 heridos, según el último balance facilitado por las autoridades libanesas.
Está previsto que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas celebre una reunión este mismo viernes para abordar los citados ataques contra dispositivos portátiles, cuyo carácter indiscriminado, que quedó palpable con explosiones en lugares ajenos al ámbito militar o con gran afluencia de gente, ha sido criticado por la ONU, cuyo secretario general, António Guterres, ha instado a no utilizar como armas objetos civiles.
De hecho, Mikati hizo el jueves un llamamiento al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para que adopte una “posición firme” en contra de la “agresión israelí” y su “guerra tecnológica”, mientras que el secretario general de Hezbolá, Hasán Nasralá, acusó a Israel de provocar una “masacre sin precedentes” y “superar todas las ‘líneas rojas'”.
El repunte de los enfrentamientos entre Israel y Hezbolá –un grupo apoyado por Irán que cuenta con un importante peso militar y político en Líbano– han hecho temer con la posibilidad de una expansión del conflicto en Oriente Próximo. En este contexto, el Ejército de Israel presentó la semana pasada a Estados Unidos sus “planes operativos” respecto a Líbano.
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