MADRID, 19 (SERVIMEDIA)
El presidente de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA), Eduardo Abad, afirmó este jueves que el futuro de los autónomos pasa por un incremento de la productividad que sea capaz de suplir la “necesaria” reducción de la jornada laboral, al tiempo que defendió que “no es normal” mantener una jornada laboral de 40 horas semanales pese a los avances en nuevas tecnologías.
“El 80% de los autónomos solo generamos el 20% del Producto Interior Bruto, mientras que el 20% de las empresas genera el 80% restante”, apuntó Abad, quien realizó estas declaraciones al comienzo de una jornada sobre la transición verde, social y digital y su impacto en el trabajo autónomo en la Unión Europea.
Sobre este tema, Abad mostró su tristeza sobre el estado del planeta que se legará a las futuras generaciones y afirmó que la transición verde y los asuntos derivados de la igualdad son “las claves por las cuales pasa el futuro para construir una Europa mejor”.
Asimismo, volvió a incidir en romper el dogma de la jornada de 40 horas semanales, una modalidad de trabajo que lleva siendo mayoritaria durante 40 años. “No es normal que con todo el impacto que ha tenido en nuestra vida la digitalización siga vigente la jornada de 40 horas; los jóvenes se están dando cuenta de que cada día es más importante conciliar la vida personal y laboral”, destacó Abad, quien señaló que en la mayoría de países “más desarrollados” ya se tiende hacia la jornada de 35 horas semanales.
Abad también trató de concienciar sobre la importancia de que los consumidores tengan una actitud responsable y elijan el comercio local y de proximidad frente a “esas grandes multinacionales que tributan en países como Irlanda” y destacó que elegir la opción de compras por Internet no es óbice para elegir a comercio del tejido productivo español.
Por último, Abad lamentó las políticas contra la inmigración desarrolladas en algunos países como Francia e Italia, que tildó de “políticas de desprecio hacia los seres humanos” y destacó que la inmigración, además de enriquecer el tejido productivo, “otorga diversidad cultural y económica”.
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