MADRID, 17 (EUROPA PRESS)
Los familiares de Juana Canal, la mujer desaparecida en 2003 y cuyo crimen se resolvió dos décadas después, no creen la versión ofrecida este martes en el juicio por Jesús Pradales, quien ha manifestado que murió en febrero de 2003 después de que la apartara con el brazo para evitar que le agrediera y ésta se golpeara con una mesilla en el dormitorio.
“Nada nuevo. Ya sabíamos todo lo que iba a decir. Temíamos que dijera mentiras como que era agresiva. No era agresiva con nadie”, ha señalado Josefina Canal, hermana de la víctima tras concluir la declaración del asesino confeso de Juana.
El acusado sostiene que la víctima le solía maltratar debido al alcoholismo que sufría y que la noche del crimen estaba más violenta de lo habitual, afirmaciones que niegan los familiares.
La familia cuestiona que Pradales descuartizará a la fallecida en la propia vivienda, dado que al día siguiente a su desaparición fueron al piso de la calle Bolmano y ni olían a lejía, ni había sangre ni ningún olor extraño que indicara que en aquella casa había pasado algo.
A preguntas sobre el perdón lanzado por el acusado, ha subrayado que Jesús se tiene que dar asco a sí mismo si bien reconoce que algo alivia que por lo menos esté arrepentido por lo sucedido aquella noche.
Durante el interrogatorio, el procesado ha querido dejar claro que Juana era “la mujer de su vida” y ha insistido en varias ocasiones en que nunca ha agredido a ninguna mujer. “Lo siento mucho y pido perdón otra vez a la familia de Juana”, ha señalado.
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