SAN SEBASTIÁN DE LOS REYES (MADRID), 12 (EUROPA PRESS)
La taekwondista española Adriana Cerezo aseguró este jueves que tiene que “empezar a construir de cero desde ya” después de no conseguir medalla en los Juegos Olímpicos de París, donde sí pudo triunfar su compañera de entrenamiento, la húngara de 18 años Viviana Marton, lo que demuestra que “las cosas se han hecho bien” en el equipo ‘Hankuk’ donde ambas entrenan.
“Me toca poner la mira en los siguientes objetivos y empezar a construir de cero desde ya”, declaró Adriana Cerezo en una rueda de prensa organizada por el instituto de Formación Profesional Universae, con motivo de los Aperitivos Deportivos, donde se dieron cita la propia taekwondista madrileña junto con las gemelas húngaras Viviana y Luana Marton, y sus entrenadores Jesús Ramal y Suvi Mikkonen del equipo ‘Hankuk’ de San Sebastián de los Reyes (Madrid).
Tras la plata conquistada en los Juegos de Tokio en 2021, a la alcalaína le tocó vivir la parte más amarga del deporte, con su eliminación en cuartos de final ante la iraní Mobina Nematzadeh en la categoría de -49 kilogramos, pero el éxito de su compañera de entrenamiento Viviana Marton en -67, le “tranquilizó” porque sabía que “las cosas se habían hecho bien”.
Sobre la húngara de 18 años, dijo que el día de la competición “se le veía en la cara que todo iba a funcionar y se respiraba algo distinto y especial”, lo que para Cerezo tiene “mucho que ver el entorno” que tienen. “Ella estaba tranquila, confiaba en su trabajo y vimos lo que llevaba haciendo en cada entrenamiento”, afirmó.
La madrileña se mostró segura de que la campeona olímpica “seguirá en esa línea de trabajo” y remarcó que “es una inspiración para el resto de taekwondistas”, pero también para ella misma y sus compañeras de entrenamiento. “El equipo de trabajo es el mismo y cada día evolucionamos. Vamos a seguir con nuestro método porque creemos que es adecuado, y si hemos confiado hasta llegar ahí, lo seguiremos haciendo para continuar”, anunció.
Por su parte, Viviana Marton recordó que el día de la competición estaba rodeada de todo su equipo, y que, en cada momento, le estaban “ayudando”. “Me sentí superbien y superfuerte, y por suerte he podido plasmar todo el trabajo que hemos hecho”, explicó.
La nacida en Canarias hace 18 años ahondó en la línea de su compañera de entrenamiento y recalcó que han “confiado en el trabajo” de sus entrenadores, y que no tienen que “cambiar nada”. “Tenemos que seguir trabajando igual, no cambiar nada mentalmente y seguir para adelante”, zanjó.
La hermana gemela de Viviana, Luana, campeona del mundo en 2023 en la categoría de -57 kilogramos, confesó que el día de la competición fue el que sintió más “nervios” y que cada combate lo sufrió “más” que su hermana. “Ese día fue increíble, fue uno de nuestros sueños, y yo estaba animando en la grada como loca. Estábamos todos juntos con nuestro equipo, y cuando ganó el oro fue increíble”, rememoró con una sonrisa.
La misma sensación de felicidad vivió la entrenadora de las tres deportistas, Suvi Mikkonen, que lo describió como “un día mágico”, y que reconoció que durante el día de competición de Marton, sentía “que algo bueno iba a pasar y que el ambiente que se respiraba era especial”. “Sentía como si estuviera en una película y que el guion estaba escrito a nuestro favor”, expresó.
Mikkonen apuntó recordó que, tras finalizar cada combate, se iban a la sala de prensa, y la taekwondista hablaba con la prensa húngara. “Estaban ya sorprendidos porque iba ganando, pero yo les decía que no sabía qué iba a pasar, pero que ella había nacido para este momento, que era su sitio”, señaló.
La número 12 del ránking mundial de su categoría fue superando rivales hasta derrotar a la gran favorita y campeona del mundo, la belga Sarah Chaari. “Todo fue saliendo, todo fue mágico”, relató la finlandesa, que considera que la húngara fue “una gran inspiración” para el resto de componentes del equipo ‘Hankuk’, aunque no escondió que tras la derrota de Cerezo sintieron “tristeza” y trataron de ayudarla para continuar su camino.
Para la entrenadora, uno de los momentos que más recuerda de los Juegos de París fue cuando terminó la competición de la húngara, y todo el equipo (entre 15 y 20 personas) se quedaron esperando a que saliera. “Me emocionó ver esa felicidad y los cánticos que le hicieron cuando salió con la medalla de oro colgada”, confesó.
JESÚS RAMAL: “VIVIMOS CON TODA NORMALIDAD LA DERROTA DE ADRIANA”
Finalmente, Jesús Ramal incidió en que tienen “suerte de tener un elenco tan importante de mujeres y hombres entrenando en el día a día”. “El entorno que tenemos lo han creado ellos. Nosotros hemos puesto la idea y la propuesta, pero ellos han creado las uniones, ese deseo conjunto. Nosotros les hemos vendido un cuento, y a ellos les gustan los de hazañas y proezas”, detalló.
Para él, Adriana Cerezo fue la que abrió la puerta a “un camino tan bonito” al conseguir la plata olímpica en Tokio, y a partir de ahí han vivido “un ambiente fantástico” y se ha creado “algo mágico” en ese equipo de trabajo.
Su derrota en París la vivieron “con toda normalidad”. “En la vida y en el deporte algunas veces se gana y otras se pierde, y las dos caras de la moneda siempre están ahí”, explicó. La decepción de Cerezo fue un “‘shock'”, pero la victoria de Marton les dio “un punto de alegría” que vivieron “con un entusiasmo generalizado”.
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