Se han encontrado restos de cerámica del periodo de transición entre el Neolítico y la Edad de los Metales
MADRID, 11 (EUROPA PRESS)
El Ayuntamiento de Madrid ha ejecutado las obras para la renaturalización y mejora de la accesibilidad de una importante zona verde del distrito de Barajas ubicada en el ámbito del Castillo de la Alameda, en cuyos trabajos han encontrado restos arqueológicos de hace 4.000 años en la zona que presentaba una vegetación escasa y una red de caminos deteriorados en su mitad norte.
La recuperación de este entorno, integrado en el Patrimonio Municipal del Suelo (PMS), ha contado con una inversión de 1,6 millones de euros. Además, durante la realización de los trabajos se han hallado importantes restos arqueológicos que muestran la existencia de poblaciones en la zona y que abarcan desde los años 2.800 a.C. hasta la época visigoda en los siglos VI y VII d.C.
En el transcurso de los trabajos de renaturalización del Castillo de la Alameda se ha realizado una serie de importantes hallazgos arqueológicos que demuestran la existencia de poblaciones en la zona que se mantuvieron durante diferentes épocas y que muestran una parte de la historia de Madrid.
Los restos de mayor antigüedad se remontan al periodo de transición entre el Neolítico y la Edad de los Metales, que abarca los años de 2.800 a 2.500 a.C. (periodo calcolítico). Se han encontrado restos de cerámica pertenecientes a ollas y cuencos de diversos tamaños elaborados a mano para el entorno doméstico y sin apenas motivos decorativos que eran cocidos en huecos en el suelo.
Esta zona mantuvo poblaciones durante la Primera Edad de Hierro, entre los años 800-500 a.C. De esta época, se conservan las huellas de asentamientos de unas pequeñas cabañas circulares, de dos o tres metros de diámetro, y de otras cabañas alargadas, de una anchura similar, pero de hasta diez metros de largo, denominadas “longhouse”, que eran propias de familias más grandes o que servían como lugar de reunión. Los hallazgos indican que las actividades principales en este asentamiento eran la agrícola y la ganadera.
También han aparecido restos cerámicos de la Primera y Segunda Edad de Hierro, entre los años 800 a 100 a.C., en su mayoría de ámbito doméstico y en los que se puede apreciar un avance en la técnica de producción, ya que se han utilizado pastas más finas y tornos para su ejecución.
De la Segunda Edad de Hierro, años 500-100 a.C., se han encontrado los restos de un horno alfarero, que evidencia una cierta especialización social de las tareas, propia de las poblaciones de este periodo.
Los objetos cerámicos encontrados pertenecientes a la época visigoda, entre los siglos VI y VII d.C., son más toscos que los anteriores y muestran poco cuidado en las cocciones. Sus decoraciones se basan en simples incisiones dispuestas en bandas lineales continuas.
Estos hallazgos no solo enriquecen el conocimiento de la historia de la capital, sino que también permiten reconstruir de manera más detallada la vida cotidiana, las costumbres y las transformaciones ocurridas a lo largo de milenios. Los restos cerámicos encontrados han sido trasladados al Museo Arqueológico y Paleontológico de la Comunidad de Madrid, ubicado en Alcalá de Henares.
Para que vecinos y visitantes puedan conocer más sobre los vestigios arqueológicos encontrados y la historia del lugar, se han instalado carteles informativos en las zonas en las que se han hecho los hallazgos. El ámbito del Castillo de la Alameda estará abierto para los usuarios en las próximas semanas, permitiendo a todos disfrutar de este entorno renovado y de su valioso patrimonio histórico.
MAYOR BIODIVERSIDAD Y RED DE RIEGO AUTOMÁTICA
El delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, acompañado por el concejal presidente de Barajas, Juan Peña, ha visitado este miércoles el entorno del castillo tras las obras realizadas. Tal y como ha señalado Carabante, esta intervención subraya el compromiso del Ayuntamiento de Madrid con la mejora de la calidad de vida de sus vecinos y la sostenibilidad del entorno urbano, promoviendo un equilibrio entre infraestructura, historia y naturaleza.
Con el objeto de aumentar la biodiversidad y mejorar la calidad del aire, se han plantado 355 nuevos árboles y 18.252 arbustos, así como 6.373 metros cuadrados de pradera. Esta plantación no solo embellecerá el distrito, sino que también contribuirá a la creación de un entorno más saludable, ofreciendo sombra, reduciendo el efecto de isla de calor y proporcionando hábitats para la fauna local.
Para garantizar el mantenimiento adecuado de la nueva vegetación, se ha instalado una red de riego automática. Este sistema permitirá una gestión eficiente del agua, asegurando que las plantas reciban la cantidad necesaria para desarrollarse, especialmente durante los meses más secos del año.
Se ha implementado una red de alumbrado en los nuevos paseos para mejorar la seguridad durante las horas nocturnas. Además, se ha mejorado el sistema de drenaje de aguas pluviales para prevenir escorrentías y mantener la calidad de los caminos. Para abordar los desniveles existentes en el terreno se han instalado muros de gaviones, formados por una estructura de piedras y mallas de acero galvanizado o inoxidable, cuya combinación, además de resultar visualmente estética, cumple con el cometido de contención de las tierras.
Además, se ha colocado nuevo mobiliario urbano, tanto bancos como papeleras. Estos elementos están diseñados para fomentar un mayor y mejor uso del espacio público, proporcionando a los vecinos lugares de encuentro donde descansar, socializar y disfrutar del entorno natural.
El proyecto ha incluido la reparación de los caminos pavimentados existentes y la creación de una red de accesos que garantice la accesibilidad entre el CEIP Ciudad de Zaragoza, el IES Alameda de Osuna y las calles de Antonio Sancha, Joaquín Ibarra y Manuel Aguilar Muñoz, asegurando una comunicación fluida y accesible en el barrio. Además, se han habilitado nuevos caminos que facilitan el paseo entre las diferentes zonas ajardinadas planificadas.
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