La ONG cifra en más de 14.000 las escuelas cerradas en esta zona del continente, con cientos de miles de niños sin escolarizar
MADRID, 9 (EUROPA PRESS)
Más de 14.000 escuelas se han visto forzadas a cerrar sus puertas a causa de la violencia y la inseguridad en África central y occidental, lo que ha dejado a cientos de miles de niños sin escolarizar en la región, según ha afirmado este lunes la organización no gubernamental Consejo Noruego para los Refugiados (NRC), que ha sostenido que la educación “está bajo asedio” en esta zona del continente.
La ONG, que ha recalcado que el derecho de los niños a recibir educación debe ser protegido, ha alertado de que el futuro de toda una generación está en peligro por la expansión de la inseguridad en esta zona del continente africano, sacudida por los ataques de numerosos grupos armados, incluidas las ramas de Al Qaeda y Estado Islámico.
Así, ha subrayado que millones de niños se vieron afectados en 2023 por los cierres de escuelas en Burkina Faso, Malí, Camerún y República Democrática del Congo (RDC), al tiempo que ha manifestado que muchos de ellos están en riesgo de ser reclutados por grupos armados o ser víctimas de trabajo infantil, violencia física y explotación sexual.
“La educación está bajo asedio en África occidental y central. Los ataques deliberados contra las escuelas y la negación sistemática de la educación a causa del conflicto no son nada menos que una catástrofe”, ha sostenido el director del NRC para África occidental y central, Hassane Hamadou.
En este sentido, ha incidido en que “cada día que un niño no asiste a la escuela es un día robado a su futuro y al futuro de sus comunidades”. “Hacemos un llamamiento urgente a todas las partes en conflicto para que cesen los ataques y la ocupación de las escuelas y garanticen que se proteja y se dé prioridad a la educación”, ha agregado.
La organización ha especificado que la suma de crisis en Camerún dejó en 2023 a 1,4 millones de niños en situación de necesidad de apoyo educativo, mientras que la violencia y las tensiones intercomunitarias en RDC han llevado al cierre de cerca de 1.460 escuelas desde principios de año, afectando a más de medio millón de niños.
Por ello, ha insistido en que estas situaciones tienen consecuencias a largo plazo y ha alertado de que, sin una intervención urgente, la región podría perder “una generación completa”. Las niñas hacen además a un mayor riesgo de matrimonio forzoso y explotación, lo que agrava las desigualdades sociales y de género.
Por contra, ha relatado que la cifra de ataques contra centros educativos en Malí y República Centroafricana (RCA) disminuyó entre 2022 y 2023, mientras que cerca de 1.300 escuelas han reabierto sus puertas este año en zonas controladas por las autoridades de Burkina Faso, permitiendo la vuelta a la escuela de miles de niños.
“La reapertura de las escuelas en Burkina Faso y la reducción de los ataques a la educación en Malí y RCA demuestran que es posible avanzar”, ha argumentado Hamadou, quien ha pedido “aprovechar este impulso para garantizar que todos los niños tengan acceso a una educación segura, inclusiva y de calidad”.
De esta forma, el NRC ha reclamado a la comunidad internacional, los gobiernos y las partes en conflicto que actúen para proteger la educación y poner fin a los ataques contra los centros de estudios, al tiempo que ha solicitado financiación suficiente para los programas educativos en las zonas en conflicto.
“La educación es un salvavidas para los niños en zonas en crisis. No podemos permitir que la violencia les robe su futuro”, ha remarcado Hamadou. “Instamos a todas las partes a que den prioridad a la protección de la educación y trabajen juntos para garantizar que todos los niños tengan la oportunidad de aprender y prosperar”, ha zanjado.
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